Sociedad

Último cervantista

CATEDRÁTICO DE LITERATURA Actualizado: Guardar
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S i hemos de hablar cervantinamente pues seguramente Ayala era, hasta hace unas horas, nuestro máximo cervantista vivo. A las personas hay que considerarlas por lo que son y por lo que hacen. Ayala era miembro de una generación de intelectuales en plena madurez en el tiempo de la II República, exponente de lo que la Universidad de la época había llegado a ser, una comunidad de estudiosos y especialistas en perfecto parangón con otros ejemplos contemporáneos europeos. Eran los discípulos de Ortega que se disponían a modernizar el país, una vez dado el empujón general, intentado por el maestro, en los diversos campos de especialización. Ayala fue catedrático de Derecho Político y letrado de las Cortes, formaba parte de lo que podía haber sido una gran Escuela de Derecho público, nucleada en torno al estudio de la Constitución de la Segunda República, y que frustró inexorablemente el desastre de nuestra Guerra Civil. Un hombre es lo que hace; al fin, hijo de sus obras. Lo que ha hecho Ayala toda su vida es pensar sobre nuestra circunstancia nacional, sobre la historia y la cultura en la que los españoles desarrollan como comunidad su vida.