La cruz ve cuestionada su presencia en las aulas. / LA VOZ
Sociedad

Estrasburgo dictamina que el crucifijo en las aulas «viola» la libertad de religión

Italia, donde se originó la demanda ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, recurrirá la sentencia

ESTRASBURGO / ROMA Actualizado: Guardar
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La exhibición de crucifijos en las aulas es una violación del derecho de los padres a educar a sus hijos conforme a sus creencias y al de libertad de religión de los alumnos, según estimó ayer el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

La sentencia responde al recurso presentado por Soile Lautsi, una ciudadana italiana de origen finlandés que en 2002 había pedido al instituto estatal italiano en el que estudiaban sus dos hijos que quitara los crucifijos de las clases.

Solie Lautsi consideró ese hecho contrario al principio de laicismo e informó a la escuela de su posición, invocando un dictamen del Tribunal de Casación que juzgó que la presencia de crucifijos en locales electorales era contraria al laicismo del Estado.

En mayo de 2002, la dirección del colegio decidió mantener los crucifijos en las aulas. Posteriormente, una directiva del Ministerio de Instrucción Pública fue dirigida a todos los directores de colegio recomendándoles que procedieran de esa manera.

Ante el Tribunal Constitucional, el Gobierno italiano sostuvo la misma posición, argumentando que el crucifijo no es sólo un símbolo religioso, sino también un símbolo del Estado italiano.

En marzo de 2005, la Justicia italiana desestimó el recurso de la demandante asumiendo el mismo argumento. En febrero de 2006, el Consejo de Estado italiano rechazó a su vez el recurso.

Sin embargo, los jueces del Tribunal de Estrasburgo estimaron que la cruz puede ser interpretada fácilmente por los alumnos de cualquier edad como un signo religioso, lo que puede perturbar a los alumnos de otras religiones o a los que sean ateos. Ahora, el Gobierno italiano deberá pagar a Lautsi una indemnización de 5.000 euros por daños morales.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos decidió por unanimidad que en este caso se violó el artículo 2 del protocolo 1 (sobre derecho a la instrucción) y del artículo 9 la Convención (sobre libertad de pensamiento, de conciencia y de religión). Se trata de la primera sentencia que la Corte de Estrasburgo emite en materia de exposición de símbolos religiosos en las aulas.

El Ejecutivo de Silvio Berlusconi no parece dispuesto a ceder en este asunto y ya ha anunciado que recurrirá la sentencia. «La presencia de crucifijos en las aulas no significa una adhesión al catolicismo, sino que representa nuestra tradición», recalcó la ministra de Educación, Mariastella Gelmini.

A favor y en contra

La Santa Sede obvió pronunciarse sobre el asunto. «Antes de comentar la sentencia, tenemos que hacer una reflexión seria», comentó Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede.

Sí se pronunció el presidente de la Comisión para el Ecumenismo y el Diálogo de la Conferencia Episcopal Italiana, monseñor Vincenzo Paglia, quien calificó la sentencia de «irresponsable y miope».

Los únicos grupos políticos que aprobaron en Italia la decisión fueron los dirigentes de los dos partidos comunistas, quienes aplaudieron una sentencia que confirma «la laicidad» del Estado.