Miguel Domecq sonríe en la presentación de los caldos./ J. CABELLO
Jerez

Entrechuelos lanza al mercado sus vinos de la Tierra de Cádiz

El proyecto liderado por Miguel Domecq comercializará caldos blancos, rosados y tintos de uvas producidas en el Cortijo Torrecera

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Los vinos que salen al mercado bajo la marca Entrechuelos son fruto de la conjunción de dos tradiciones: la de la tierra en la que se producen sus uvas, un pago del Cortijo Torrecera coronado por una torre almohade que antes fue romana, y en el que siempre se cultivó la vid; y la de la familia Domecq, que lidera el proyecto y que desde el año 1730 ha dado ocho generaciones unidas a esta tierra y a sus caldos.

Así definió ayer Miguel Domecq, director de este proyecto en el que se han invertido unos tres millones de euros, la iniciativa de su familia de producir, envejecer y comercializar una nueva oferta de vinos de la Tierra de Cádiz cuya materia prima se cultiva en el pago Entrechuelos y se selecciona cuidadosamente durante la maduración y la vendimia, y se embotella en la bodega excavada en la loma de un monte que aún se está construyendo en esta propiedad, pero que ya alberga unas 180 barricas del mejor roble francés.

Son muchos los artífices de la creación de estos caldos en cuya etiqueta se adivina el emblemático paisaje del Cortijo Torrecera, pero hay que destacar además de a su impulsor, Miguel Domecq -que fue director y consejero de la bodega Pedro Domecq-, los nombres de los dos enólogos que han puesto su talento y su saber hacer a disposición de estos vinos: Javier Díez y Joaquín Gómez-Beser.

La gama Entrechuelos incluye un vino tinto crianza que tiene un envejecimiento de 12 meses y cuya añada 2008 es la primera que se comercializa con un coupage de tempranillo, syrah, merlot y cabernet sauvignon. Será dentro de dos meses cuando este caldo llegue a las tiendas para hacer las delicias de los aficionados.

Junto a él se lanzan también al mercado un tinto joven, un rosado y un vino blanco de la variedad chardonnay. Eso sin olvidar que de las mejores añadas, como ésta de 2008, se comercializará un tinto de alta gama que no estará a la venta hasta mediados del año que viene, según las previsiones de estos bodegueros.

Distribuidores, hosteleros y medios de comunicación tuvieron ayer la oportunidad de conocer la explotación y de probar en primicia estos vinos que son una apuesta más de los empresarios de la zona por las uvas tintas, que en este caso proceden de las 26 hectáreas de viñas de las distintas variedades que se plantaron en el año 2003.

La finca, ubicada en la carretera Jerez-La Ina, comparte la extensión entre la vid y el olivo, ambos cultivados por el método de no laboreo más adecuado para la conservación de este suelo de ladera. En ella se han realizado importantes actuaciones para transformar esta tierra de secano en zona de riego con dos embalses propios.