Policías observan los restos de la moto del kamikaze. / REUTERS
MUNDO

El terrorismo desangra Pakistán a ritmo de una matanza diaria

Al menos 35 personas perdieron la vida ayer en un atentado suicida en la cola de un banco

RAWALPINDI Actualizado: Guardar
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Pakistán se desangra a ritmo de una matanza diaria. Al menos 35 personas murieron y más de 60 resultaron heridas ayer en Rawalpindi, a las afueras de Islamabad, víctimas de un atentado suicida perpetrado contra clientes de un banco que hacían cola para cobrar sus salarios. La explosión se produjo dentro de un complejo comercial que incluye un hotel de lujo y tiendas, cerca del cuartel general del Ejército donde el mes pasado se produjo un audaz ataque seguido de una toma de rehenes por más de veinticuatro horas por parte de un comando de diez combatientes islamistas. Por ello, entre los fallecidos se encuentran varios militares que se habían acercado a la entidad financiera.

«El kamikaze vino en motocicleta y la hizo volar cerca de una fila de personas. Encontramos los restos de una chaqueta con explosivos y trozos de su cadáver», declaró el ministro de Información, Qamar Zaman Kaira.

El caos se adueñó de inmediato del lugar, donde las ambulancias se relevaban para evacuar a los heridos, mientras que los equipos de socorro intentaban recoger restos de cuerpos mutilados, algunos de ellos carbonizados y otros ensangrentados de las víctimas mortales. «Un olor a carne quemada llenó la atmósfera y me desmayé cuando un objeto muy duro me golpeó la cabeza», cuenta Mohamad Mushtaq, un soldado de 22 años herido leve.

«Como un terremoto»

La deflagración fue tremenda. «Nuestro edificio se sacudió como si hubiera un terremoto y cuando salimos había humo por todas partes y trozos de cadáveres fueron lanzados dentro de nuestra oficina», declaró Raja Sher Alí, gerente de un mercado de los aledaños.

Este atentado «no disminuirá nuestra determinación de erradicar y eliminar la amenaza terrorista», afirmó el ministro de Relaciones Exteriores, Shah Mehmood Qureshi. Añadió que el Ejército prosigue con su campaña contra los insurgentes en Waziristán, donde el fin de semana se produjo la toma de un «centro operativo» de los talibanes e islamistas uzbekos. Desde el 17 de octubre, más de 30.000 soldados llevan a cabo una operación de limpieza en esta región fronteriza con Afganistán.