Bazar Chino en la calle Nueva de Cádiz. / ÓSCAR CHAMORRO
PRESIDENTA ACOSAFE COMERCIANTE

Cádiz ya tiene su Chinatown

Más de un centenar de bazares y establecimientos de origen chino inundan las zonas comerciales y los cascos urbanos de la provincia

CÁDIZ Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Ellos saben que el color preferido para muchos gaditanos es el amarillo, y por eso se sienten como en casa. Y cada vez son más.

La provincia de Cádiz consolida cada día que pasa su propio Chinatown, con unas características muy singulares. En el caso de la Tacita, la invasión oriental lleva años gestándose pero es desde 2007 cuando se nota con más fuerza, sobre todo por la llegada de numerosos inversores asiáticos que han abierto grandes bazares. En tan sólo tres años se ha pasado de la pequeña tienda del todo a cien a los grandes hiper de lo barato.

Atraídos por las enormes posibilidades de desarrollo de una provincia que sufre la crisis en mayor medida que las demás y que busca la ganga, los chinos trabajan como tales y se expanden.

Municipios como Jerez, El Puerto, Sanlúcar, Chiclana, Conil o la propia capital gaditana son algunos de sus plazas a conquistar. En estos momentos, y según las diferentes asociaciones de comerciantes de la provincia, el número de locales operativos podría superar el centenar.

Preocupación en el sector

Esta proliferación de negocios multiprecio, en los que es posible encontrar bombillas de bajo consumo a 1,5 euros, gomillas para el pelo y chicles de Shin-Shan a 1 euro, o lámparas de mesita de noche a 8 euros, ha generado la preocupación del comercio minorista.

Desde la Asociación de Comerciantes de San Fernando, Acosafe, su presidenta, Cristina Arjona, se muestra muy crítica con la actitud de algunos ayuntamientos. «Además de los rumores, cada vez más insistentes, de que este tipo de empresarios chinos no pagan impuestos durante los primeros cinco años, lo cierto es que hay sitios como San Fernando donde no se controla su actividad», explica.

En los últimos años se ha extendido el rumor de que los bazares chinos no pagan tributos en España para su implantación y durante los primeros cinco años que ejercen la actividad comercial.

«Esto no es cierto», se apunta desde la asesoría Fuentes Delgado de Chiclana, cuyos responsables explicaron a este medio que «cualquiera que monta un negocio en un determinado punto de España debe someterse a las leyes, primero del municipio, en cuanto a licencias, tasas y permisos municipales, y luego a la normativa estatal vigente en cuanto a competencia y demás», apuntan.

Pero lo cierto es que los bazares chinos que han abierto sus puertas, entre otras zonas, en el área comercial de Urbisur en Chiclana, el polígono sur de Jerez o plena calle San Francisco de Cádiz, no cuentan con las simpatías de los comerciantes gaditanos. «Aquí estamos asistiendo a un traspaso de los comercios regentados por ciudadanos marroquíes a los regentados por ciudadanos chinos», apuntan desde la patronal del comercio chiclanero. Y es que en el último año la evolución ha sido importante. Esta ciudad cuenta ya con cinco restaurantes asiáticos y más de media docena de bazares, más otros dos que preparan su apertura.

«Cuando abren es porque hacen negocio», explica Juani Aragón, una chiclanera acostumbrada a comprar en este tipo de locales, y que revela que «el ahorro en algunas cosas merece la pena, aunque nosotras venimos más que nada a cotillear», bromea.

Denuncias semanales

Pero volviendo a la parte seria del perjuicio económico que podría provocar la situación de alegalidad de algunos de estos establecimientos, lo cierto es que estos bazares multiproducto provocan las quejas formales de muchos minoristas. «Cada semana nos llegan denuncias de socios y de gente que ni siquiera pertenece a Acosafe», apunta su responsable.

La explicación de esta alerta generalizada es, entre otras cosas, el horario ilimitado y la «competencia desleal que ejercen estos establecimientos», aseguran. La normativa vigente de comercio interior en Andalucía establece que los negocios con una superficie menor a 300 metros cuadrados tienen libertad de horario de apertura; «el problema es que la mayoría de bazares chinos supera ese tamaño, aunque parece que no les importa que les multen, ellos las pagan como si nada». Y es que los empresarios asiáticos parecen contar con dinero contante y sonante, por la celeridad con la que abren los establecimientos según Juan Tovar, responsable de la asociación Cádiz Centro. Tanto en la capital como en el resto de municipios la situación que se vive recuerda mucho a la que ya se planteó en localidades sevillanas como Utrera hace unos años, cuando los centros urbanos sevillanos comenzaron a llenarse de comercios de origen asiático.

«Aquí una nave como las que ellos compran vale un dinero, no sé de dónde lo sacan», explica Juan Giner, comerciante minorista de Conil, que recuerda en contraposición lo difícil que resultó para él su propia tienda.