TELEVISIÓN Y RADIO

Gutiérrez Aragón apadrina 'Historias de la música cubana'

El ex cineasta es el motor de este viaje documental de TVE que estará compuesto por cinco capítulos

COLPISA. MADRID Actualizado: Guardar
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«Cuba es madre de músicas», dice Manuel Gutiérrez Aragón, un enamorado de la isla caribeña, donde nació su padre, y en cuya capital ha ambientado varias de sus películas -Una Rosa de Francia y Cosas que dejé en La Habana-. Y en Cuba es donde se desarrolla Historias de la música cubana, la serie documental de cinco entregas que ha coordinado y que emitirá TVE.

Dice el ex cineasta cántabro que con esta producción que la próxima semana se lanzará en formato DVD no se puede hablar de su regreso a la televisión, medio en el que no se ha prodigado mucho -en 1991 dirigió la célebre miniserie El Quijote, con Fernando Rey y Alfredo Landa-. «Este trabajo se gestó antes de que anunciara mi retiro como realizador», apunta el impulsor de estos documentales musicales que todavía no tienen fecha de estreno en la cadena pública.

«La música es un punto de contacto y comunicación, de unión y entendimiento, y ayuda a contar la Historia. Hemos contado con diversas voces y diferentes timbres, estéticas, ritmos y colores, sin importarnos la época», apunta el impulsor y director de uno, el más extenso, de los cinco capítulos. Así, Gutiérrez Aragón, el único realizador español de este título, firma Música para vivir, historia escrita con Mauricio Vicent, hijo del escritor Manuel Vicent, que muestra como el jazz fue suprimido en la isla cuando triunfó la revolución. «Fue considerado una contaminación ideológica que era necesario suprimir. A pesar de la prohibición, algunos grupos siguieron practicando en secreto esta música», cuenta.

Y del jazz al jazz afrocubano de la mano de Chucho Valdés, conductor de Mantenga, mondongo y bacalao con pan, episodio firmado por Pavel Giroud que reúne a primeras figuras e intérpretes de tres generaciones del jazz cubano, entre ellos a los pianistas Frank Emilio y Emiliano Salvador.

Por su parte, Patricia Ramos recoge cómo se expresa la religión en la música cubana en Ampárame, emisión que incluye los testimonios de monseñor Carlos Manuel de Céspedes y el etnólogo Rogelio Martínez Furé. «Este capítulo aborda de manera directa, física y participativa la devoción que tiene el cubano por la música. Recorre el camino de la música clásica cubana teniendo en cuenta aquellas raíces expresadas en las prácticas y creencias religiosas que pasan a formar parte de la cultura», expone Gutiérrez Aragón.

Posible continuidad

Para el ex director, en la música cubana todo es «fusión y mezcla», afirmación que queda patente en Lo mismo se escribe igual, documental de Arturo Sotto que refleja cómo la contradanza instrumental del siglo XIX se transforma en la danza como baile. «Y de ahí se da paso a otros géneros como el danzón y el son», apostilla el autor del filme Todos estamos invitados, su despedida de la gran pantalla, que hace suyas las palabras de Alejo Carpentier: «El jazz americano y la música cubana conquistaron nuestro planeta porque eran músicas vivas».