Zapatero ha recorrido las instalaciones del museo tocado con la tradicional kipá (el solideo hebreo). / Afp
gira por oriente medio

Zapatero se ofrece en Israel como «baluarte» en la defensa de una paz «justa»

El Estado judío ha sufrido un cambio de percepción sobre la política exterior española y ha pasado a considerarla receptiva después de contemplarla como hostil en la anterior visita

JERUSALÉN Actualizado: Guardar
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Tras conmoverse durante la visita que ha realizado al Museo del Holocausto y reunirse con el presidente de Israel, Simon Peres, José Luis Rodríguez Zapatero ha asegurado en Jerusalén que el pueblo español será siempre un "baluarte", un "militante activo" en defensa de la paz "justa" en Oriente Medio, "con dos estados que se respeten" y con la seguridad garantizada para los israelíes.

Ya en Ramala, y junto al presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, ha insistido en que "va a mojarse" durante la presidencia de la UE por la paz en Oriente Medio y por el reconocimiento del Estado palestino. Abás le ha impuesto a Zapatero la "Estrella del Honor" por el apoyo de su Gobierno a la libertad e independencia del pueblo palestino. El jefe del Gobierno español ha señalado que el plazo para el reconocimiento del Estado palestino "no puede ser muy largo", y ha instado a Israel a "detener, congelar, los asentamientos en los territorios palestinos para emprender el diálogo y avanzar hacia la paz".

En la comparecencia ante los medios de comunicación tras reunirse con Peres en su residencia, donde se encuentra de visita oficial, el jefe del Ejecutivo ha apostado por una paz que genere además "expectativa de desarrollo y bienestar económico para todos". "Saber que España es un país decidido a emplearse y entregarse en favor de la paz en esta región", ha subrayado el presidente del Gobierno español, quien ha recordado la Conferencia que acogió Madrid en 2001. España asumirá la Presidencia de la UE en el primer semestre de 2010 y, ha afirmado, "no vamos ni a mirar para otro lado, ni a intentar que pasen esos seis meses", sino que se comprometerá "a fondo" para avanzar hacia la paz, "la gran tarea que la comunidad internacional".

Colaboraciones

Zapatero se ha mostrado dispuesto a trabajar "en pleno diálogo y confianza con el Gobierno de Israel" y "en plena cooperación" con el presidente estadounidense, Barack Obama, con quien se reunió este martes en la Casa Blanca. Además, ha garantizado a los israelíes que "el pueblo español será siempre un baluarte en defensa de la memoria, del dolor y del sufrimiento el pueblo judío ante la barbarie nazi".

Al margen del proceso de paz, ha explicado que su primera visita a Israel tiene también como objetivo fortalecer las relaciones bilaterales, para abrir nuevos campos de colaboración en áreas como la investigación, el desarrollo y la innovación. De hecho, hasta Jerusalén se ha desplazado también la ministra de Ciencia e Innovación española, Cristina Garmendia.

Asimismo, ha mostrado su deseo de fomentar el conocimiento entre el pueblo español y el judío. Y para demostrar la lucha de su Ejecutivo contra el antisemitismo, ha recordado que ha sido su Gobierno el que ha puesto en marcha la Casa Sefarad y el que ha establecido el Día de la Memoria del Holocausto, "para que los más jóvenes conozcan bien la página más negra de la historia de la humanidad, que fue el genocidio al pueblo judío".

Ambiente receptivo

Ésta es la segunda vez que Zapatero pisa suelo israelí en menos de un año en un clima bilateral mejor que la primera ocasión que lo hizo el pasado enero. La primera visita la realizó casi forzado y con el recelo israelí por su presencia en un grupo de líderes europeos que vino en apoyo del alto el fuego en Gaza pero esta segunda la hace por iniciativa propia y con los parabienes del Estado judío.

El distinto ambiente que rodea ambas estancias refleja el cambio de percepción registrado en diez meses en Israel sobre la política exterior española, que el Estado judío ha pasado a considerarla receptiva después de contemplarla como hostil. En Israel aún se recuerda que Zapatero lució en público una kufiya -pañuelo palestino- al inicio de su mandato, que marcó un claro enfriamiento bilateral tras el total respaldo a las tesis israelíes por parte de su predecesor, Jose María Aznar.

Pero en Israel tampoco han pasado desapercibidos los gestos de acercamiento diplomático que ha multiplicado últimamente el titular español de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, en momentos en que crece en el Estado judío cierto síndrome de aislamiento. Moratinos fue el primer jefe de diplomacia europea que viajó a Israel para entrevistarse con su colega israelí, Avigdor Lieberman, de ideología ultraderechista y a quien los otros ministros de la UE hacen el vacío por algunas manifestaciones suyas de contenido xenófobo.

El objetivo del giro atribuido en Israel a la política exterior española sería ganarse la confianza israelí para que España pueda interpretar un papel mediador en el conflicto regional. Y aunque en Israel se piensa que España no puede interpretar más papel que acompañar los esfuerzos internacionales por poner paz en la región, Zapatero ha sido bien recibido bajo otros parámetros. Es el primer líder de un gran país europeo que ha pisado Israel desde la toma de posesión en marzo del Gobierno derechista de Benjamín Netanyahu, cuya intransigencia con los palestinos ha alejado al Estado judío de la comunidad internacional.