El dirigente italiano, con su hijo, en 1931. / AP
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Mussolini, agente inglés

El 'Duce' estuvo a sueldo de los británicos durante la I Guerra Mundial por hacer propaganda de la guerra

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Del dictador italiano Benito Mussolini se sabía hasta hoy que no toda su vida había sido el perfecto padre creador del fascismo con el que ha pasado a la historia. Hijo de un herrero anarquista, su biografía hasta la I Guerra Mundial tiene más puntos en común con la de Ernesto 'Che' Guevara que con la de los que serían luego sus conmilitones de ideología, Adolf Hitler y Francisco Franco.

Miembro radical del Partido Socialista, Mussolini (su nombre de pila era un homenaje al líder revolucionario mexicano Benito Juárez) fue un periodista arrestado varias veces por agitador socialista; huyó a Suiza como insumiso e incluso llegó a manifestarse contra la guerra de Italia y el imperio otomano en Libia que, ironías de la vida, calificó como «acto de delincuencia internacional». Pero la guerra lo cambió todo.

Lo que no se sabía es que un joven 'Duce', que luchaba entonces contra Alemania y el imperio austro-húngaro, estaba a sueldo del servicio de espionaje británico MI5 para hacer campaña en Italia a través de su periódico ultranacionalista 'Il Popolo d'Italia' a favor de la guerra en Europa. El soldado-periodista cobraba 100 libras a la semana, que adaptadas al cambio actual suponen el filón de 6.000 libras (6.400 euros) semanales por ejercer de propagandista bélico.

Con los camisas negras

Según el diario 'The Guardian', que ha desvelado la noticia, el trabajo del futuro dirigente fascista comenzó en el otoño de 1917, cuando después de tres años de guerra la sociedad italiana se sentía exhausta.

Él debía convencer a la opinión pública italiana de que se debía seguir en guerra a toda costa y evitar las manifestaciones pacifistas. Para ello encargó a sus primeros 'camisas negras' fascistas que amenazaran a los trabajadores de Milán para que no fueran a la huelga en plena contienda.

Su superior era el conservador diputado Sir Samuel Hoare, que, durante la II Guerra Mundial, lucharía desde su despacho en la Embajada de Madrid porque Franco no se uniera a Mussolini y Hitler contra su país. En sus memorias ya citaba los servicios de 'Il Duce', pero ha sido el historiador de Cambridge Peter Martland el que ha dado con todos los detalles.

Según Martland, «se puede pensar que lo que ganaba Mussolini era mucho dinero, pero si se compara con los cuatro millones de libras que se gastaba al día el país en la guerra era solo calderilla».

¿Por qué pagó el gobierno inglés al que sería su futuro enemigo? Después de la retirada de la Rusia revolucionaria de Lenin del frente, Italia era, junto a Francia y Estados Unidos, el aliado más fiable que les quedaba para vencer a los imperios centrales. En menos de treinta años, las tornas se volverían del otro lado.