CRÍTICA DE TV

Pufos

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Pufo gigante en Veo-7: para ilustrar la crisis económica que padecemos, el canal de Unedisa emitió un reportaje titulado «Yo, mendigo». Buen reportaje, sí; lástima que hubiera sido filmado en 2000, o sea, hace nueve años. El pufo ha servido para que El intermedio de Wyoming -uno que no puede tirar la primera piedra- haga sangre a mansalva sobre Veo-7 y su responsable, Carlos Cuesta.

No sé bien qué es lo que más ha molestado a Wyoming, qué es lo que El intermedio denuncia en realidad: si el evidente pufo de dar gato por liebre vendiendo un viejo reportaje como pura actualidad, o si la osadísima y temeraria tesis de que en España hay crisis.

Pero, sea lo que fuere, es evidente que Veo-7 ha metido la pata, que Cuesta no ha podido estrenarse con peor pie y que el canal queda ya tocado por una sospecha de chapucería que, mucho nos tememos, va a tardar en quitarse de encima. Ahora la pregunta es qué pretendía Cuesta: ¿Tan interesado estaba en demostrarnos que España vive una crisis atroz? Pero eso ya sólo lo discuten en La Sexta. ¿Acaso obedecía a alguna consigna editorial? A veces esas obediencias llevan a ridículos extremos. «¿Y usted, qué pasa? ¿Que no se equivoca nunca?», dirá el amigo de la equidad. Oh, sí: con frecuencia y, además, de manera irreparable.

Hace muchísimos años, cuando yo era célibe y tarambaina, una señorita me hizo una propuesta que no pude rechazar, pero había un inconveniente: la cita era el sábado noche y este esclavo no había visto tele bastante para escribir la preceptiva crítica del día siguiente. «No hay problema», pensé: un amigo de TVE me acababa de contar maravillas de cierto reportaje que iba a emitir Informe Semanal sobre el problema kurdo. Así que escribí sobre los kurdos sin ver el programa. Y el lunes me llamaba mi jefe para felicitarme por un artículo que me quedó estupendo, ciertamente, excluido el pequeño detalle de que ese sábado no se emitió Informe semanal. Bochorno. Días después recibí una carta de agradecimiento del autor del reportaje. Aún sospecho que la carta era una broma de la señorita causante del estrago. En fin: ¿Pactamos indulgencia plenaria?