El Padre Damián, en las misiones. / LA VOZ
CÁDIZ

La santa recompensa de ayudar a los más necesitados

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L a mayor parte de las religiones tienen un precepto claro. Los buenos actos tienen siempre recompensa. Los responsables de las religiones de Alá, Dios o Yahvé recomiendan actuar de buena fe para alcanzar el cielo. Y, en contadas ocasiones, la santidad. Hoy es uno de esos días. A las 10 horas, comenzará la Misa Pontifical que canonizará a cinco beatos. Dos de ellos pertenecían a dos congregaciones establecidas en la Bahía de Cádiz: el Padre Damián (Bélgica, 1840 - Hawai, 1889) de los Sagrados Corazones de San Fernando, y Juana Jugan (Francia, 1792-1879), de las Hermanitas de los Pobres de El Puerto. Los dos futuros santos de los que se enorgullece el Obispado destacaron en vida por su abnegada dedicación a los más necesitados. Labor que siguen desarrollando sus respectivas órdenes.

Miles de kilómetros separan Cádiz de la Plaza de San Pedro del Vaticano. Sin embargo, los corazones de los integrantes de las dos congregaciones gaditanas estarán en la Santa Sede. «Hemos retrasado la misa del domingo para poder seguir el acto por televisión», explicó ayer una de las hermanas de la orden de El Puerto.

Hasta San Pedro, se han trasladado dos hermanitas -del total de 80 que se encargan de cuidar a los ancianos de la provincia- para asistir a la canonización de su madre fundadora. Lo normal es que fuera una hermana sola, como ha ocurrido con el resto de órdenes que están distribuidas por los cinco continentes. Sin embargo, dos devotos de El Puerto han cedido sus billetes a las monjas para que puedan desplazarse hasta el Pontifical.

El resto, seguirá la misa por televisión para no descuidar a los ancianos más necesitados, su única dedicación. «Dedicamos nuestra vida a los ancianos más pobres», explicaban ayer emocionadas las monjas de El Puerto. Ahora esperan que la canonización les preste más ayudas de las que ya tienen. De momento, la provincia podrá demostrar su cariño por las Hermanitas de los Pobres en la misa que se celebrará en la Catedral el próximo sábado.

La emoción y la alegría eran compartidas por los hermanos de la Congregación de los Sagrados Corazones dedicados a las misiones y a la educación. Esos son los dos principios que Damián de Veuster siguió en su vida y que hoy verá recompensado con su santificación.