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El presidente de la República Checa, el eurófobo y ultraconservador Václav Klaus, planteó ayer a la Unión Europea como exigencia para ratificar el Tratado de Lisboa que la minoría alemana de los Sudetes, que fue expulsada de la antigua Checoslovaquia al acabar la II Guerra Mundial, no tenga la posibilidad legal de pedir ahora indemnizaciones.

Así interpretaron diversos medios checos la defensa que hizo Klaus para que se introduzca una excepción permanente en el texto comunitario referente a la aplicación de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE. Esta exigencia es similar a las que negociaron Polonia y Reino Unido con Bruselas para dar su apoyo al Tratado. Según Radio Praga, «los temores del presidente tienen que ver con la posible reclamación de propiedades en la República Checa y Eslovaquia de deportados alemanes». Sin embargo, para la agencia de noticias checa CTK, «expertos en derecho constitucional niegan que el Tratado de Lisboa pueda afectar a la ley a ese respecto».

La exigencia de Klaus fue explicada en rueda de prensa por el presidente del Parlamento Europeo, el polaco Jerzy Buzek, tras reunirse con el jefe del Estado checo, que una vez que su homólogo polaco, Lech Kaczynski, firme hoy el tratado, será el único mandatario de la Unión que todavía no haya ratificado el texto. Buzek confirmó que Klaus quiere tener «un arreglo igual o similar al de Reino Unido y Polonia con la Carta de Derechos Fundamentales», pero no quiso dar más detalles, aunque recordó que para que pueda llegar a buen puerto una modificación de estas características, la República Checa debería tener el respaldo de los otros veintiséis Estados de la UE.

El presidente de la Eurocámara se mostró convencido de que la UE y la República Checa encontrarán una solución y aseguró que la situación para que Praga ratifique el Tratado es «mucho más clara» que hace tan sólo unos días. Además, animó al Gobierno checo a «resolver por sí solo sus diferencias» con Bruselas.

Jerzy Buzek se reunió también, entre otros, con el líder del Parlamento, Miloslav Vlcek. El presidente de la Cámara Baja aseguró que en caso de que el Tribunal Constitucional checo dé luz verde al Tratado, después de que un grupo de senadores de derecha presentará un recurso de inconstitucionalidad, la semana pasada, Klaus no tiene «ninguna posibilidad» de retrasar la firma. Aun así, admitió que sí tiene capacidad para imponer condiciones al texto, tal y como hizo ante el líder de la Eurocámara.