La señalización es muy clara. / MIGUEL GÓMEZ
CÁDIZ

Mucha información para atravesar el laberinto provisional de Canalejas

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Los conductores que llegan a diario al centro de Cádiz se han acostumbrado a convivir con un respingo. Muchas de las veces que atraviesan el pasillo provisional para coches de las obras de Canalejas, algún crucerista perdido camina a pocos centímetros del coche, jugándose la integridad física en un trayecto que los peatones tiene prohibido.

Ana Simoes, una guía brasileña que atiende a los grupos que hablan portugués, asegura que esa situación no está generalizada: «Sólo lo hacen los que visitan la ciudad por su cuenta, que son muy pocos. La mayoría sale en grupos ya organizados dentro del barco y les llevamos por sitios seguros dentro del puerto, o le sacamos en autobús para llevarles a La Caleta y luego al centro».

Carmen Barroso, jefa de guías, incluso amplía esa impresión: «Sólo son unos pocos los que hacen esa locura. También algunos gaditanos hacen footing por ahí jugándose la vida. Está claramente señalizado y, además, a los cruceristas se les avisa. Incluso, tienen información sobre las obras, sugerencias de rutas y avisos dentro del barco, en el camarote o en reuniones. Aún así, algún inconsciente suelto se empeña en pasar por esa zona».

El Ayuntamiento de Cádiz confirma que esta atención a bordo funciona. Hasta hace medio año, este servicio se prestaba a pie de barco «y ahora lo hacemos además en el buque, por lo que el contacto es más cercano. Los datos demuestran que cada vez son más las personas que se quedan en la ciudad para disfrutar de la oferta turística, cultural, gastronómica, cultural y de ocio», subraya el concejal gaditano de Turismo, Bruno García.