Jerez

La mala memoria histórica de algunos

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Resulta sorprendente cómo los del partido de la memoria histórica tienen, paradójicamente, muy mala memoria. Cierto es que eso de la mala memoria es común denominador de todos los partidos políticos ­-promesas incumplidas, programas políticos electorales olvidados, dignidad desterrada-, pero ningún otro salvo el que nos gobierna el Ayuntamiento, Junta y Gobierno enarbola tan orgullosamente la cuestión de la memoria histórica, como uno de sus logros más destacados y ambiciosos.

Les digo esto porque han pasado ya un par de años desde que el Ayuntamiento se comprometiera con la Hermandad del Soberano Poder y con sus hermanos (de los que varios centenares son ya vecinos de La Granja), a cimentar y estructurar su Casa de Hermandad en los terrenos que cedió a la cofradía a cambio de los que ésta gestionaba en su anterior ubicación. Y, como podrán imaginar, del compromiso parece no acordarse nadie. Porque, a fin de cuentas, hay memorias más históricas que otras, y sobre todo, más rentables políticamente hablando. Más maleables a los intereses ruines, hipócritas y demagogos de la coyuntura actual. Así que, con toda la caradura del mundo, pasamos de una memoria histórica a una selectiva, donde olvidan lo que les interesa.

Y conste que entiendo que en las arcas de un Ayuntamiento donde todo bicho viviente ha mojado pan y trincado cacho no quede ni para comprar una bolsa de pipas. Entiendo que no haya un duro para nada ni para nadie. Entiendo que, con la cintura asfixiada por un cinturón apretado al máximo, poco se puede hacer. Pero no entiendo su silencio y sus respuestas huidizas. Su donde dije digo digo Diego. Sus agendas apretadas a todas horas, sus técnicos con proyecto finalizado que no entregan, teléfonos mudos y sordos. No entiendo ni respeto su poca memoria y menor vergüenza.

Pero deben tener claro una cosa allí en el Ayuntamiento. La Casa de Hermandad será una realidad, con o sin su apoyo. El trabajo de la Hermandad del Soberano Poder con la gente de su barrio es impecable e imparable. Sólo en lo que a jóvenes respecta, hay más de 120 familias del barrio implicadas. Y tener un sitio donde poder reunirse y seguir trabajando y creciendo es una necesidad imperiosa para una Hermandad que está llamada a fundirse con un barrio que ya la considera propia. Por eso será una realidad. Porque el barrio no tendrá nunca una casa más abierta y accesible que la de la Hermandad, y la hermandad no tendrá jamás una casa más hermosa que el propio barrio. Y no duden un segundo que cuando ese día llegue, cuando llegue el momento de inaugurarlo y echarse fotos de prensa donde todos quieran salir sonriendo como sonríen las putas en la barra de un club de alterne a la caza de algún cliente despistado, mi menda lerenda estará allí para aportar su porción de memoria histórica y recordarles a todos ellos -partido gobernante actual o al que toque- lo miserable y ruin de su comportamiento. Para sugerirles, con todo respeto y educación, que esa sonrisa falsa y miserable, que todos sus teléfonos ocupados y sus agendas copadas se las pueden meter por la puerta trasera de las arcas municipales. Así ya no estarían tan vacías.