MUNDO

Las claves de la consulta

BRUSELAS Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

¿Qué es el Tratado de Lisboa?

Es el mayor esfuerzo de unión política que la UE ha conseguido cuajar desde comienzos de los años 90, cuando se puso simultáneamente en marcha con el proyecto de unión monetaria, que concluyó en el euro. Sustituye a la fallida Constitución europea (en realidad, otro tratado internacional), que fue rechazada por franceses y holandeses en sendos referendos. Retoma de ella prácticamente la totalidad de sus contenidos, salvo cuestiones de menor importancia como los símbolos de la Unión, que se han quedado fuera para satisfacer a quienes no desean una Europa encarnada en himnos y banderas.

¿Por que Irlanda vota por segunda vez?

Irlanda ha sido hasta ahora el único país que se planteó ratificar el Tratado de Lisboa mediante un referéndum, interpretando de manera laxa una norma constitucional. Aunque la inmensa mayoría de las instituciones y poderes fácticos del país estaban a favor del Tratado, una mala campaña de apoyo y la actividad desplegada por un heterogéneo grupo de opositores consiguió que, en junio de 2008, Dublín se pronunciara contra por un 53,4% de votos. El resto de los socios de la UE no aceptó el resultado y ofreció a los irlandeses clarificaciones sobre una serie de temas (fiscalidad, derecho de familia, aborto) bajo la forma de un Protocolo anejo al Tratado. El compromiso lleva implícito el abandono de la norma de reducir el número de miembros en la Comisión de la UE, con lo que Irlanda, como cada Estado miembro, podrá conservar su propio comisario. Sobre estas premisas, el Gobierno irlandés ha considerado posible convocar un nuevo referéndum, el que tiene lugar hoy.

¿Qué pasará si gana el 'si'?

A la espera de las ratificaciones pendientes en la República Checa y Polonia, la UE acometerá las primeras reformas del marco institucional en la cumbre de octubre, donde se intentará nombrar al presidente de la UE, al nuevo Alto Representante para la Política Exterior, que será vicepresidente de la Comisión, nominará a los 26 comisarios y esbozará el nuevo servicio exterior de la UE. Luego irán entrando en aplicación todas las demás variaciones introducidas por el Tratado, como las nuevas mayorías cualificadas y minorías de bloqueo en el Consejo. En este caso, los plazos son largos: se seguirá votando de acuerdo con el reparto de poder del Tratado de Niza hasta 2017.

¿Qué pasará si gana el 'no'?

Un esfuerzo político y diplomático mayor, acometido por los países miembros de la UE a lo largo de más de una década, se habrá ido al traste. El 'no' irlandés justificaría los rechazos presidenciales al texto en Polonia y la República Checa, lo que daría lugar a su abandono, aún sin esperar al referéndum que Cameron ha comprometido si los 'tories' británicos ganan las elecciones el año que viene. Sería un problema muy grave para la Unión, que no tiene alternativas al Tratado. La construcción comunitaria proseguiría en función de las Cooperaciones Reforzadas que pudieran acordar grupos de 8 países o más. La situación no satisfaría a la inmensa mayoría de los miembros, que promoverían un golpe drástico de timón. En lo inmediato, la Comisión tendría que desprenderse de alguno de sus miembros, y pocos dudan de que sería Irlanda.