El rayo verde

La aeronáutica gaditana ante el futuro

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La primera piedra de la nueva factoría de Alestis Aerospace, que este lunes se colocará en terrenos anexos a la malhadada Delphi, debe ser un día para la pequeña, o incluso la gran, historia local, porque en la nueva fábrica descansa la gran esperanza de consolidar la industria aeronáutica en la Bahía. Es una primera piedra tan enorme que va a necesitar ni más ni menos que el concurso de tres consejeros para ponerla en su sitio, los de Gobernación, Innovación y Empleo, que han anunciado su presencia en el acto.

Se trata, como se sabe, de un sector de futuro, considerado estratégico por los gobiernos andaluz y nacional, que ofrece empleo de calidad y que incorpora alta tecnología, I+D+i, un dato relevante porque, además de situarnos en vanguardia, tiene la ventaja de que dificulta la tan temible deslocalización. Además, no conviene olvidar que la aeronáutica cuenta con una tradición industrial de hondas raíces en la capital, aunque ahora apenas un bar llamado «La taberna del aviador» y un monolito en una rotonda recuerdan que estuvo allí «la fábrica», también llamada CASA. Raíces trasplantadas ahora a Puerto Real y Puerto de Santa María.

La creación de Alestis Aerospace ha sido un culebrón en el que resultaba fácil perderse, pero que culminó en la implicación absoluta de la Junta de Andalucía, hasta el punto de que en su accionariado figura, aparte del grupo Alcor, con un 42,15%, la Agencia IDEA, de la Consejería de Innovación, con el 19,90. El toque a rebato del Gobierno autonómico llevó a la participación de Cajasol (un 15%), Unicaja (un 14,30%) y el Banco Europeo de Finanzas (con un 6,80%), según la junta general de accionistas celebrada a finales del pasado mes de julio, que aprobó una ampliación de capital de 147 millones de euros para garantizar el cumplimiento de los importantes contratos adjudicados, sobre todo la panza y el cono de cola del A- 350 y los materiales compuestos de los Phenom 100 y 300 de Embraer. El pasado día 16 el Consejo de Gobierno repartía nuevos incentivos por valor de 21,34 millones de euros para la misma empresa.

Alestis es, pues, una apuesta política y económica de primer nivel, que tiene que salir, «o sí o sí», que se dice, o estamos perdidos de cara a nuestro futuro como polo industrial aeronáutico, o industrial a secas, si nos apuran, dado el cuadro de situación del sector en la Bahía, donde la construcción naval ha conseguido una buena ocupación, sin duda, pero no va a recuperar nunca los niveles de empleo de antaño, y no corren buenos vientos para la planta de Dragados Offshore, tan irregular en su carga de trabajo.

De esta manera, la aeronáutica se sitúa en primer plano de las posibilidades de progreso de la Bahía, además de poseer activos importantes en su capacitación tecnológica. El premio «Lean» a la factoría de Airbus en Puerto Real, precisamente, es buena muestra de ello y desmiente la mala fama respecto a nuestra productividad y calidad profesional tanto como contradice ese fatalismo que a veces nos invade.

Con todo, la intranquilidad es manifiesta en el sector que, por una parte, teme por la crisis general de la aviación, por la posición de España en el delicado conjunto de equilibrios del Consorcio europeo, pero que también, a nivel más doméstico, ve señales preocupantes en el futuro concreto de sus plantas, sobre todo en la dedicada a construcción militar en El Puerto de Santa María, donde no termina de aclararse si Airbus mantendrá el control o si la cederá a Alestis para que ésta cumpla sus compromisos. Lo que parece claro es que en la planta portuense hay un alto nivel de calidad profesional y que la Junta de Andalucía no va a permitir una estampida del consorcio europeo o un cese o disminución de la actividad. Las espadas siguen en alto, por más que el discurso esté lleno de buenas palabras.

Este proceso no puede hacerse sin seriedad. Alestis debe constituirse como una empresa sólida, moderna y competitiva, porque son muy ambiciosos sus proyectos, sus exigencias, sus retos y es muy importante la partida del futuro de la Bahía que se juega en sus decisiones.

Entre tanto, la obligación de contratar a 300 ex-empleados de Delphi, impuesta por la Junta, resulta, cuanto menos, una extraña manera de empezar a constituir una plantilla.

La aeronáutica gaditana vive mañana un día de esperanza. Las siguientes semanas y meses nos dirán si es fundada.

lgonzalez@lavozdigital.es