La competición, que inició ayer su segunda edición, llenó de cruceros las aguas de la Bahía de Cádiz. / ANTONIO VÁZQUEZ
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La lluvia no puede con los valientes

Las precipitaciones provocaron que sólo llegaran a Gallineras 38 de las 68 embarcaciones que tomaron salida en Puerto América

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Los regatistas gaditanos amanecieron ayer ilusionados. En Puerto América todo estaba preparado para que la segunda edición de la Regata Ciudades Constitucionales soltara amarras, pero la lluvia y los negros nubarrones hicieron acto de presencia dispuestos a empañar la fiesta náutica. Ante el desasosegante clima, los organizadores decidieron retrasar el inicio de la prueba y esperar a pie de muelle que las precipitaciones amainaran. Finalmente, la regata dio salida en torno a las 12.00 horas, casi hora y media después de la hora prevista.

A pesar de todo, las embarcaciones abandonaron Puerto América en condiciones más que halagüeñas para la navegación, ya que aunque la lluvia no dejó de caer sobre la Bahía, el intenso viento que sopló hizo más llevadero el paso de los cruceros. De esta forma, la velocidad media de las embarcaciones fue de 20 nudos, aunque hubo tramos en los que las naves alcanzaron los 25 e incluso los 28.

Con lo que si pudo la lluvia fue con el índice de participación de la prueba, que salía de Puerto América batiendo su propio récord. Sin ir más lejos, de las 68 embarcaciones y casi 500 tripulantes que soltaron amarras en la capital gaditana sólo 38 naves arribaron al isleño muelle deportivo de Gallineras. Las incesantes gotas hicieron que los más rezagados y titubeantes se quedaran por el camino. Entre los caídos en servicio se encontraban algunos barcos averiados y numerosas familias, que decidieron que era mejor pasar el chaparrón al abrigo del hogar que en cubierta. El carácter amateur de la prueba, donde prima la convivencia de los navegantes, facilitó la renuncia de muchos.

Los primeros valientes que se resistieron a abandonar las aguas de la Bahía de Cádiz llegaron a Gallineras sobre las 16.00 horas. El resto lo hicieron poco después de las 16.30 horas, y completando un goteo mucho más pausado.

Los amantes de la vela y los transeúntes más curiosos se armaron de valor y salieron a las calles de Cádiz, paraguas en mano, para disfrutar del navegar de los cruceros. Las estampas más hermosas se pudieron ver desde la alameda Apodaca y el paseo marítimo. Los participantes también pasaron por las playas de La Victoria, Cortadura y Camposoto; ya desiertas por la lluvia y la inminente marcha del verano. El público volvió a parecer en las proximidades de Gallineras, donde concluyó la primera manga de la regata.

Los mejores

El Raider fue el primero en llegar a su destino, seguido del Chawa, el UCA y el Tuareg. Atendiendo a las categorías, el UCA lidera la tabla de RI: I, el Raider la de RI: II, y el Tuareg la de RI: III. El Barbados fue el mejor en la modalidad de Promoción, que engloba las embarcaciones con tripulaciones reducidas, es decir navegadas en solitario o en pareja.

Una vez en tierra, los regatistas disfrutaron de una cena marinera y de una velada que se alargó hasta bien entrada la noche. Los regatistas más aplicados se esforzaron por irse pronto a la cama, sabedores de que la segunda manga daría inicio a la mañana siguiente. Los más noctámbulos se resistieron un poco a dar las buenas noches al muelle deportivo de La Isla.

La Regata Ciudades Constitucionales continuará hoy su camino a partir de las 11.00 horas, cuando está previsto que los cruceros abandonen Gallineras. Los participantes volverán sobre sus pasos y navegarán el mismo recorrido que en la jornada inicial, pero de forma inversa.

Los más optimistas confían en que el cielo de tregua hoy a la prueba para que todos, aficionados y participantes, puedan admirar en su justa medida el paso de los cruceros por las aguas de la Bahía de Cádiz.

Afortunadamente, y gracias al arrojo de más osados lobos de mar de la provincia, los chubascos no empañaron la expresión náutica del compromiso que las localidades anfitrionas adquirieron hace casi dos siglos.