Sociedad

Asalto gráfico a Cádiz

La Bahía protagonizó una de las primeras infografías de la Historia, que apareció publicada hace mañana 307 años en el diario inglés 'The Daily Courant', con motivo de la guerra de Sucesión

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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El 11 de septiembre de 1702, algún editor atrevido, en la redacción del Daily Courant, tuvo una idea. Es posible que en aquella precaria reunión de primera no todo el mundo estuviera de acuerdo con su ocurrencia, pero el futuro, como siempre, acabó abriéndose camino. «Necesitaremos diez páginas de texto para explicar el ataque combinado a Cádiz», diría el intrépido editor. «Sin embargo, podemos resumirlo perfectamente con una simple ilustración acompañada de un puñado de anotaciones». El argumento debió de resultar tan convincente que el diario inglés acabó apostando, puede que sin saberlo, por llevar a su portada uno de los primeros infográficos documentados, convirtiendo un mapa de la Bahía en protagonista involuntario de la Historia.

El contexto

El último monarca de la dinastía de los Austrias se encontraba a principcios del XVIII enfermo, cansado y con problemas mentales que rayaban en esquizofrenia. Su falta de descendencia propició la codicia de la dinastía Borbónica por presidir el trono español. Sin embargo el emperador austrohúngaro, temiendo el poder que podía alcanzar la dinastía francesa, contaba con entronizar al archiduque Carlos frente a Felipe de Orleans. Ingleses, holandeses y austriacos se aliaron contra Felipe V quien el 24 de Noviembre, apenas tres semanas después de la muerte de Carlos II, ya era coronado rey. «Nuestro pensamiento se aplicará cada día a restablecer, por una paz inviolable, la monarquía de España al más alto grado de gloria que haya alcanzado jamás. Aceptamos en favor de nuestro nieto el duque d'Anjou el testamento del difunto rey católico».

Pocos días después, el rey de Francia, ante una asamblea compuesta por la familia real, altos funcionarios del reino y los embajadores extranjeros, presentó al duque de d´Anjou con estas palabras: «Señores, aquí tenéis al rey de España»

Y a su nieto le dijo: «Sé buen español, ése es tu primer deber, pero acuérdate de que has nacido francés, y mantén la unión entre las dos naciones; tal es el camino de hacerlas felices y mantener la paz de Europa.»

El ataque

Dos buques gemelos de 1.200 toneladas, la capitana y almiranta de la Armada de la Guarda de la Carrera de Indias, conocida como Armada de Avería, que serían llamados San José y San Joaquín, esperaban partir para América. Disponían de dos cubiertas y castillo y portas para setenta cañones, contando en su salida para América con 26 cañones de 18 libras, 26 de 10 libras y 8 ó 10 cañones de seis libras. Sus medidas les daban una eslora de 71 codos, 22 de manga y 10 de puntal en la bodega. Desde 1699 estuvo dispuesta a salir pero la guerra de Sucesión detuvo una y otra vez su salida, teniendo que arrojar por la borda todos lo víveres almacenados y licenciar a la tripulación para volver a contratarla.

José Fernández de Santillán, comandante de la Armada de Avería, el encargado de la defensa de la bahía y ciudad de Cádiz, auxiliado en el mar por las galeras del conde de Fernán Núñez, cuando iniciándose el mes de Septiembre, una enorme flota enemiga doblaba el cabo de San Vicente en Portugal camino de la bahía gaditana. El puerto de Cádiz era importante porque controlaba el comercio con América y porque desde él podía prepararse una invasión a la península ibérica.

Una flota combinada anglo-holandesa de 50 navíos al mando del almirante sir George Rooke sitió Cádiz. Las tropas de invasión era un cuerpo de unos 14.000 hombres al mando del duque de Ormond.El conde de Fernán Núñez se apresuro a reunir sus galeras desde el muelle de la Cabezuela hasta Puerto Real. Desde los castillos gaditanos se bombardeaban continuamente los cascos de los barcos enemigos que defendían al aspirante de los Habsburgo al trono de España. En apenas tres días de combate hundieron tres unidades inglesas y una holandesa con una tripulación de dos mil hombres.

Ante este panorama, la infantería anglo-holandesa desembarcó en El Puerto de Santa María y San Fernando donde no hubo resistencia ya que los artilleros se concentraban en Cádiz. Saquearon las aldeas y pueblos, destruyendo todo lo que encontraron a su paso, sobre todo iglesias, conventos y símbolos religiosos. Violaron a monjas y doncellas, quemaron los sembrados, las casas y asesinaron a los vecinos que indefensos y armados con aperos de labranza intentaban rechazarlos.

Saqueo de Rota

En Rota y Santa María los ingleses saquearon casas y haciendas, quemando varios de los mercantes listos para zarpar con la Flota de Galeones de José Fernández de Santillán.

Parecía que la suerte estaba echada cuando el marqués de Villadarias puso en marcho un nuevo plan. Los jinetes llamados centauros, eran capaces de cabalgar por tierras de esteros, salinas y marismas sin que nadie les oyera. Jinetes y milicianos se convirtieron en la pesadilla de las huestes enemigas, emboscadas y golpes de asaltos provocaron que el 28 de Septiembre el duque de Ormond ordenara la vuelta de las tropas anglo-holandesas a los barcos.

Al día siguiente y desde la batería gaditana de Santiago se bombardeó el Royal Sovereign, barco insignia del almirante Rooke. La flota de cincuenta y cuatro navíos de guerra, los cien barcos de transporte de infantería y caballería al mando de Ormond empezaron a alejarse del duro padecimiento que le estaba produciendo desde hacía ya un mes el intento de sometimiento de la ciudad gaditana. Su destino la ciudad de Lagos en Portugal y, como corsarios y piratas hacerse con la plata mejicana que llegaba a las costas de Galicia, escoltada por una escuadra francesa al mando del almirante Chateaurenaud.