opinión

Una amarga alegría

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Lo que debería ser motivo de alegría para una familia, el inicio de la andadura escolar de su hijo, se ha convertido en muchos casos y desde hace más de una década en un suplicio que amarga a los padres hasta tal punto de cruzarse denuncias e insultos entre amigos de toda la vida rompiendo la amistad que muchos han cultivado precisamente en el patio del colegio.

El derecho a elegir la educación de los hijos recogido en la Constitución se ve frenado por los límites a la hora de seleccionar el centro escolar, de ahí que se den casos tan sorprendentes como el de progenitores progres y agnósticos peleando porque sus hijos entren en colegios religiosos concertados, así como padres de misa en domingo mintiendo (que es pecado) al falsificar la documentación que presentan sobre el empadronamiento de sus hijos.

Situaciones surrealistas que las autoridades competentes no han sabido resolver en los últimos años y que con el paso del tiempo se ven agravadas y perjudicando lo que debería ser, como he dicho al principio, un motivo de alegría: el primer día de cole de un hijo. Verdaderamente no sé qué solución tiene este problema, pero lo cierto es que la educación y la sanidad son servicios que el ciudadano valora mucho a la hora de votar y que si los políticos fuesen un poco más inteligentes lo lógico hubiera sido solucionar este problema hace tiempo. Lo mismo ocurre con las guarderías.

Tanto hablar de conciliación familiar y laboral y en Cádiz hay padres desesperados buscando una guardería para sus hijos. No hay plazas ni pagando y eso que sé que hay parejas mileuristas dispuestas a pagar cifras disparatadas (de 350 a 400 euros al mes) para evitar tener que dejar de trabajar para cuidar a su hijo. Esos son los problemas que verdaderamente importan a la gente de a pie y no si tiran o no la residencia de Tiempo Libre.

La vuelta de periñán

José Antonio Gómez Periñán, que durante años fue delegado de Gobierno en Cádiz,   volvió el viernes a la ciudad para participar en una rueda de prensa, en este caso, en su condición de viceconsejero de la Junta de Andalucía. Lo acompañaban el consejero Luis Pizarro, el actual delegado de Gobernación, Gabriel Almagro, la directora de la Agencia Andaluza del Voluntariado, María Colón y la gerente del Consorcio del Bicentenario, María Luisa García Juárez. Periñán se deshizo en sonrisas con los periodistas y dijo que «le daba mucha alegría volver a Cádiz». Por cierto, la anécdota fue que a Pizarro se le olvidó el apellido de la gerente del Consorcio que preside en plena rueda de prensa, pese a que se ha reunido ya con ella en sólo un par de meses desde su nombramiento más veces que en todo el periodo que estuvo su antecesor, Gaspar Zarrías. Por eso es de justicia decir que Pizarro ha puesto las pilas alcalinas al Consorcio y se nota su mano.

destitución

Me acabo de enterar por el blog de Pepe Contreras de la destitución de Emilio Aragón de su cargo de director de Relaciones Institucionales de Cajasol en Sevilla. Me ha sorprendido porque desde que conozco a Emilio sé que se ha desvivido por esta entidad financiera y, de hecho, su implantación y representación en la ciudad se debe en buena parte a su trabajo y dotes de relaciones públicas. Dicen que puede haber detrás movimientos políticos y no me extrañaría, pero quiero pensar que esos movimientos vengan más de Sevilla, y no de los que hasta el momento son sus compañeros en Cádiz. Es cierto que Emilio Aragón siempre ha estado al lado de Román y nunca lo ha ocultado y que ahora el romanismo no interesa, aunque su mayor exponente, Rafael, no esté dispuesto a tirar la toalla y a ponérselo fácil a la dirección del partido. Si tira la toalla, lo hará sudada, porque ya ha dejado claro en declaraciones a los medios de comunicación que no se calla y que en política es mejor morir matando que quedar malherido. Lo de Emilio puede ser un paso más de esa fusión de Cajasol con Unicaja que muchos ya dan por firmada. Tiempo al tiempo y desearle a Emilio mucha suerte.