Aficionados azulinos pidieron la salida del máximo accionista de la entidad xerecista. / ESTEBAN
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Morales denuncia una operación «de acoso y derribo» contra su persona

El máximo accionista desvela haber recibido «amenazas de muerte» La Policía tuvo que escoltar al nazareno al concluir la junta de ayer

| JEREZ Actualizado: Guardar
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A las 14.25 horas de ayer, el máximo accionista del Xerez, Joaquín Morales, tuvo que abandonar las oficinas del Xerez dentro de un furgón de la Policía Nacional al tener rajadas dos ruedas de su coche particular. Así acabó ayer una junta general extraordinaria de accionistas que comenzó con la protesta pacífica de un centenar de aficionados pidiendo su salida de la entidad, pero que acabó con la intervención de la Policía, tomando documentación a algunos aficionados azulinos que increparon a Morales en las puertas de la sede de la entidad.

Jueves negro el de ayer para un Morales que en rueda de prensa denunció la existencia de una campaña de «acoso y derribo» en su contra, por lo cual, aseguró, desea abandonar las riendas del club azulino: «De verdad que no entiendo la presión que se me está dando, que es acoso y derribo, después de haber conseguido una cosa tan bonita que no se había logrado en 62 años de historia».

El sevillano denunció que «soy de carne y hueso, pero se me está injustamente maltratando. De todo lo que pasa en el Xerez la culpa la tiene Joaquín Morales. De lo bueno no ha tenido culpa de nada: pasaba por aquí de casualidad. Y, cuando algo sale mal, al final, el que paga siempre es el mismo». Por ello, el nazareno no dudó en afirmar que está «hasta los mismísimos de aguantar ese maltrato, porque no me lo merezco».

Morales sabe que con la salida del club de Esteban Vigo se ha puesto a buena parte del xerecismo en su contra, algo que dice no entender. «No entiendo cómo se monta tanto, sólo porque no hemos podido llegar a un acuerdo con un entrenador, que desde mi punto de vista, es un gran entrenador, pero no se ha podido quedar». La razón, «por el dinero». Y es que el máximo accionista seguía manteniendo ayer que «mientras yo esté aquí voy a defender los intereses del Xerez aunque me canten 'Morales, vete ya'», nada comparado con lo que denunció ayer el constructor de Dos Hermanas, que afirmaba que había personas que o «me mandan desde una cabina mensajes, amenazándome de muerte y llamando a mi hija, mandándole mensajes en la misma línea».

Por todo ello, y por la transcendencia del asunto, el consejero delegado consideraba que todo lo sucedido «no es justo y lo estamos propinando entre todos. Y yo soy el primero que, si llega alguien, quiero irme. Porque estoy hasta los mismísimos del fútbol, pero ¿quién coño hay? Nadie».

«Estamos en Primera»

Morales quiere que la gente «se relaje un poquito» y denuncia que «de lo bueno no he podido disfrutar nada. Y es muy injusto, que llegamos aquí hace cinco años, con el club para desaparecer, y no me merezco este maltrato». Pero el sevillano se puso firme y declaró que «el que crea que con la presión Joaquín Morales va a dudar o va a hacer algo que le perjudique al Xerez, se equivoca. Porque yo con las dificultades me crezco y muero en la pelea cuando tengo las ideas claras». Y es que asegura que «no soy un delincuente ni he venido aquí a robarle a nadie. Que me he dejado en el Xerez mi patrimonio y tengo la casa de mis padres embargada por un abogado de Jerez. Y quién tenga cojones que venga y me diga que yo no pienso en el Xerez».

Morales se disculpa y reitera que «no entiendo lo que están organizando algunos señores, porque eso es una mafia organizada la que hay formada». Denuncia clara de un Morales que se siente «castigado como a nadie». «A nadie le han castigado tanto como a mí», denunciaba mientras observaba por la ventana como un joven aficionado le hacía gestos de amenaza. Clara imagen de un día para olvidar.