Ross y Jackson en 1981. / L. V.
Sociedad

Jackson nombró a Diana Ross tutora suplente de sus hijos

Quería que la cantante, de la que se enamoró cuando era niño, se hiciera cargo de la custodia si su madre fallaba

| LOS ÁNGELES Actualizado: Guardar
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Diana Ross puede dejar de sufrir por la suerte que correrán los tres hijos de su queridísimo Michael Jackson, como entre lágrimas en un comunicado al conocer su muerte. En el testamento de cinco páginas presentado ayer en un tribunal de Los Ángeles, el Rey del Pop deja la custodia a su madre Katherine, de 79 años, y en caso de que ella faltase o no pudiera hacerse cargo, a la mujer de la que se enamoró cuando era un niño. Ross tenía 24 años cuando presentó a los Jackson 5 en un club de Beverly Hills, mientras que su pequeña estrella sólo 9. Fue idea del productor de Berry Gordy que Michael viviera con ella una temporada para que lo entrenase y aprendiese de ella. Es comúnmente aceptado que el pequeño se enamoró perdidamente de la seductora cantante.

La familia seguía ayer afinando los detalles para una capilla ardiente y un funeral que está desatando tantos rumores como las causas del paro cardiaco que el jueves pasado acabó con su vida a la edad de 50 años. La prensa ha acampado a las afuera del rancho de Neverland, a tres horas de Los Ángeles, donde CNN asegura que hoy se expondrá el cadáver al público para recibir el último adiós. Por el contrario, Los Ángeles Times sostiene que la preocupación policial por el peligro de recibir a las masas por la carretera rural que atraviesa las montañas de Figueroa se interponía en este deseo. Según este diario, la familia ha negociado el entierro del cantante en el rancho donde intentó recuperar la magia de la infancia perdida, y aunque el propio gobernador Arnold Schwarzennegger habría dado el visto bueno, no habría sido posible circundar en tan poco tiempo los impedimentos legales para enterrarlo fuera de un cementerio.

Otra posibilidad era exponer la capilla ardiente en el pabellón deportivo Staple de los Ángeles, donde había entrenado para la gira de 50 conciertos. Pero la familia no termina de confirmar como escenario ninguna de las posibles opciones.

El negocio de la muerte

La apertura de su testamento redactado en 2002 por el abogado de la industria musical John Branca, que también asesora a Santana y Aerosmith, descartó ayer otras noticias publicadas previamente por la prensa británica. Ahora se sabe, por ejemplo, que no dejó el catálogo de los Beatles a Paul McCartney para resarcirlo por habérselo arrebatado. Todas sus pertenencias, valoradas entonces en «más de 500.000 millones de dólares», serán para su madre, sus hijos y obras de caridad, administradas por Branca y otro viejo amigo del cantante en la industria, John McClain. «He omitido intencionalmente proveer para mi ex mujer Debbie Rowe», escribió el cantante en su última voluntad. La enfermera de su dermatólogo y segunda esposa se casó con él en 1996 y se divorció tres años después, tras darle dos hijos que presuntamente habrían sido concebidos in vitro. Años después mostró interés por su custodia pero acabó pactando su cesión a Jackson por «una gran suma de dinero».

Más turbios siguen siendo los motivos de su muerte, a falta de los resultados que arrojarán dos autopsias. A la ristra de médicos y empleados que han alimentado el morbo popular estos días se unió ayer una enfermera de Los Ángeles dedicada a la nutrición.

Cherilyn Lee dijo en entrevistas a las cadenas CNN y ABC que días antes de su muerte el cantante le había pedido que le inyectase un fuerte analgésico postoperatorio. Jackson sólo quería dormir, algo que este analgésico que sólo pueden administrar los anestesistas logra en 40 segundos. «Michael, no lo entiendes, con esto puede que no te despiertes a la mañana siguiente», le replicó la enfermera, que se negó a proporcionárselo. El paro cardiaco es una de las consecuencias de este medicamento si se mezcla con otros. El cantante había reconocido en los 90 una adicción a los analgésicos. La muerte ha conseguido lo que Jackson persiguió en las dos últimas décadas de su vida: la vuelta a la fama.