tragedia EN LA TOSCANA

Al menos 16 muertos y una treintena de heridos tras la explosión de un tren de mercancías en la Toscana

Dos vagones que contenían gas han estallado en la ciudad de Viareggio después de que el convoy descarrilara, causando además el derrumbe de dos edificios cercanos

ROMA Actualizado: Guardar
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Una nueva tragedia ha golpeado a Italia, que hoy se ha despertado con la explosión en uno de los vagones de un tren cargado de gas en la localidad de Viareggio, en el norte de Italia, que ha provocado al menos 16 muertos y 30 heridos de gravedad, algunos de ellos con quemaduras en el 90% del cuerpo, según ha confirmado un portavoz de Protección Civil. Se teme que aumente el número de víctimas mientras continúan las labores de rescate entre los restos de los edificios derrumbados por la explosión.

A la espera de que sean esclarecidas las causas de la explosión y se ofrezca una cifra de víctimas oficial, los primeros testigos han señalado que una "nube de gas" originada por el escape en uno de los vagones del convoy alcanzó una casa vecina a la estación, y en ese momento, un chispa pudo haber causado la deflagración. Una de las últimas víctimas mortales de la tragedia es una niña de 4 años que había sido rescatada de los escombros la pasada noche y había sido trasladada al Hospital 'Niño Jesús', de Roma. El cuerpo de otro pequeño fue hallado carbonizado entre las ruinas.

Italia se ha volcado con esta nueva tragedia que ha sacudido al país, cuando todavía está muy vivo el recuerdo del terremoto que el pasado mes de abril devastó la región de Los Abruzos y que provocó casi 300 muertos y miles de desplazados. El primer ministro, Silvio Berlusconi, ha afirmado que la situación "es grave" y que viajará esta tarde a Viareggio para seguir los trabajos de rescate, mientras el papa Benedicto XVI expresó su "profundo pesar" por las víctimas. El jefe de la Protección Civil, Guido Bertolaso, ha declarado que se trata de "uno de los peores episodios que ha golpeado el sector de los transportes" italiano y ha expresado su deseo de que esta triste experiencia sirva para que se apliquen nuevas medidas de seguridad en este ámbito.

Deflagración

Los trabajos de rescate, que comenzaron poco después de que tuviera lugar el accidente a las 23.50 horas (21.50 GMT), continúan con la esperanza de encontrar con vida a las personas que se cree que han quedado sepultadas bajo los escombros de dos edificios que cedieron a raíz de la explosión. Asimismo, también se trabaja en la extinción del espectacular incendio provocado por la deflagración así como en el vaciado de las trece cisternas de gas petróleo licuado (GPL), que formaban parte del convoy ferroviario accidentado, y que podrían explotar por la propagación del calor.

La explosión que no sólo afectó al convoy, sino también al edificio de la estación y a los vehículos aparcados por lo que muchos pensaron, en un primer momento, que era el resultado del estallido una bomba. Fuentes de la prefectura de Lucca han señalado que una "nube de gas" creada por el escape de gas de los vagones que "cedieron en su estructura al descarrilar" alcanzó una casa vecina y en ese momento, un chispa pudo haber causado la deflagración no sólo de los vagones, sino también del propio edificio. Debido a esta hipótesis, la Prefectura y Ferrocarriles del Estado, ya han descartado el que "se registrara un choque entre dos trenes".

Según el responsable de los Bomberos, Antonio Gambardella, algunos testimonios apuntan a que el tren entró en la estación con los "frenos en llamas", una tesis que no ha corroborado el maquinista, quien se ha limitado a decir que el convoy circulaba a 90 kilómetros por hora. Sin embargo, Giuseppe Ferracciolo, un camarero de la estación, ha narrado cómo el tren irrumpió "a toda velocidad, se veían chispas que salían de los raíles y venía envuelto en una nube de polvo. Poco después, numerosas explosiones transformaron en una enorme hoguera la estación, las casas circundantes y los coches aparcados en Via Aurelia".

De los más graves de la historia

Aunque se trata de uno de los accidentes ferroviarios más graves acaecidos en suelo italiano, el más mortífero se remonta al 2 de marzo de 1944, cuando un tren quedó bloqueado dentro de un túnel en la localidad de Balvano (sur de Italia) provocando la muerte de 526 personas, gran parte de las cuales fallecieron por asfixia. El segundo tuvo lugar en Bolognina di Crevalcore (norte de Italia) el 7 de enero de 2007 tras el choque de un tren de pasajeros y uno de mercancías. En el desastre perdieron la vida 17 personas.

Otro de los más graves se produjo el 16 de noviembre de 1989 en Crotone (sur) al chocar dos trenes de pasajeros, lo que provocó 12 muertos. En el resto de accidentes, acaecidos en 1989 en San Severo (sur), 1997 en Piacenza (norte) y 2002 en Rometta Marea (sur), murieron ocho personas en cada uno de ellos.