Una mujer iranoamericana muestra durante una manifestación en Los Ángeles la imagen de Nedá, la joven asesinada. / AFP
MUNDO

La Guardia Revolucionaria mete miedo

El temido Pasdarán amenaza con intervenir si no cesan las protestas tras reconocer el régimen el fraude en las urnas de 50 ciudades

| ENVIADO ESPECIAL. ISLAMABAD Actualizado: Guardar
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La fuerte represión y los muertos en las calles de los últimos días parece no haber sido suficiente para frenar las protestas de la oposición. Los detractores de Mahmoud Ahmadineyad, con las imágenes de la joven Nedá agonizante aun frescas en sus mentes, volvieron a echarse a las calles siguiendo las instrucciones del último comunicado de Mir-Husein Musaví. Pese a la fuerte presencia de fuerzas de seguridad, cada uno homenajeó a los «mártires» de la revuelta a su manera y en especial a la joven que ya se ha convertido en el símbolo de la 'ola verde'. Musaví pidió «velas negras» y «luces encendidas» en los coches durante dos horas, y sus seguidores hicieron lo que pudieron ante las cargas policiales, los botes de humo y disparos al aire, según testigos presenciales.

Unas mil personas intentaron recordar en silencio en la céntrica plaza de Haft-e-Tir a los caídos de estos días, pero las fuerzas de seguridad, que tienen la orden directa del Líder Supremo de actuar con «firmeza», no lo permitieron. Las fuentes oficiales elevan a diecinueve el número de muertos en estas revueltas, otras no oficiales hasta los 150. Sin olvidar los cientos de heridos y los 450 detenidos tan sólo el pasado sábado, según la radio pública. Musaví, siempre vía Internet, advirtió a las autoridades de que «las detenciones masivas crean un abismo entre la sociedad civil y el Ejército» y pidió que siguieran las protestas porque «protestar contra las mentiras y el fraude es un derecho».

Las calles protestan por lo que consideran unas elecciones fraudulentas y el Consejo de Guardianes, en una situación sin precedente en la historia de la república islámica, les dio parte de razón. Según su portavoz, Abbas-Ali Kadkhodaei, se han detectado irregularidades en el recuento de 50 ciudades, donde votaron más electores de los inscritos inicialmente en el censo, lo que implicaría más de tres millones de votantes. Una variación importante, pero que no serviría de momento para equilibrar la fuerte diferencia obtenida por un Mahmoud Ahmadineyad que superó los veinticuatro millones de votos, según Interior.

Usando la misma plataforma que usa la oposición, la Guardia Revolucionaria colgó en Internet un comunicado en el que advirtió de que se «empleará a fondo» en caso de que no cesen las protestas «ilegales» y que se enfrentarán «con métodos revolucionarios» a los «perturbadores y a todos aquellos que violen la ley».

Hace tiempo que el poder en las calles y en el país está en manos del temido Pasdarán y de sus allegados del Basij y Ansar-e-Hizbolá (milicias islámicas de voluntarios), a quienes los manifestantes acusan de abrir fuego contra las marchas de los últimos días.

Contra las «injerencias»

En medios oficiales como el canal en inglés PressTV, sin embargo, informan de que los responsables de las muertes de civiles el pasado sábado fueron «grupos de vándalos desconocidos», tal y como declaró el fiscal general de Teherán, quien adelantó que la agencia de inteligencia nacional está trabajando en la captura de los «elementos terroristas que el sábado se infiltraron en las protestas».

Además de la lucha por el control de las calles, sigue la ofensiva de las autoridades iraníes contra las supuestas injerencias de Occidente en los sucesos de los últimos días. Tras las acusaciones directas del propio Ahmadineyad contra Estados Unidos y Reino Unido por «interferir» en la política doméstica del país, ayer se anunció la detención de «cinco espías europeos», aumentando de esta manera la presión sobre las delegaciones occidentales presentes en la república y que se encuentran en el punto de mira de los responsables islámicos.

La delegación diplomática británica anunció la evacuación de los familiares del personal de la misión en Teherán «hasta que la situación mejore». El portavoz de Exteriores, Hassan Qashqavi, respaldó la tesis de Ahmadineyad y declaró que los países y medios occidentales están promoviendo la «anarquía» en las calles de Irán. A lo largo de todo el día de ayer se celebró una reunión extraordinaria de los responsables de exteriores, con el ministro Manucher Mottaki a la cabeza, para decidir las futuras relaciones con Occidente y debatir la participación o no de Irán en la próxima reunión del G-8 que se celebrará en Italia.