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Detenido en Chipiona un 'ciberacosador' que aterrorizaba a más de 250 chicas

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Funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía han detenido a un joven de 24 años que se hacía pasar en internet por una niña o una adolescente para contactar con chicas menores de edad –lo hizo al menos con 250–, a las que amenazó y coaccionó para que le enviasen fotos o vídeos de contenido sexual. Además, el delincuente logró tomar el control de sus ordenadores y difundió mensajes o imágenes personales de las chicas amenazadas.

El ciberacosador –J. M. C. de 24 años– ha sido detenido en Chipiona, aunque era estudiante universitario en Sevilla, donde la Policía también ha registrado material informático. Se da la circunstancia de que es la segunda vez que se le detiene por el mismo delito, puesto que ya fue denunciado por idénticas prácticas el pasado mes de octubre, hace ocho meses. Sin embargo, entonces no fue ingresado en prisión, como ahora, y sólo fue imputado por un delito de acoso. Apenas ha transcurrido medio año cuando, presuntamente, ha reincidido, acosando incluso a las mismas víctimas que lo denunciaron.

Ahora ha sido detenido tras comprobarse que continuaba amenazando a menores mediante el método denominado grooming o ciberacoso. El arrestado conocía a sus víctimas en chats o redes sociales, en las que sus participantes suelen exhibir fotografías personales, en ocasiones con poses o actitudes provocativas, pero nunca fotos de desnudos. Simulaba casi siempre ser una niña o adolescente con el fin de ganarse la confianza de otras chicas y llegó a utilizar hasta doce personalidades falsas diferentes, de ambos sexos y un variado rango de edad.

De esta forma obtenía fotografías o vídeos de las chicas mediante amenazas, e incluso grababa sesiones con la cámara web de las víctimas sin que ellas lo supiera. Si no accedían, las amenazaba e insultaba.

Aparte, mediante técnicas de ingeniería emocional, como el uso de señuelos que simulaban caídas de conexión, conseguía las contraseñas de las víctimas para tomar el control de sus ordenadores y de sus cuentas de correo electrónico. Con ello intentaba obtener de las menores una imagen o un vídeo no demasiado explícito para que no se negaran radicalmente, pero sí lo suficientemente comprometido para poder amenazarlas posteriormente con difundirlos a sus contactos si no accedían a nuevos requerimientos.

Así, continuaba con el chantaje y la coacción bajo la amenaza de que la víctima no recuperara su cuenta de correo con lo que, además, perdería su lista de contactos.

Si aún así se negaban, perdían el uso de su correo electrónico y el detenido lo empleaba para humillarlas ante sus conocidos, a quienes incluso les hacía llegar fotos o vídeos comprometidos de sus víctimas.

Este acoso se producía durante meses por parte de este ciberacosador, quien ejercía con crudeza un control psicológico hacia sus víctimas.

El delincuente fue detenido en octubre a raíz de una denuncia formulada en Madrid. En aquella ocasión, se le intervinieron dos ordenadores portátiles y dos discos duros, que han sido analizados durante meses y han permitido constatar sus amenazas a 250 personas, como mínimo, algunas de ellas residentes en el extranjero.

Algunas de las víctimas habían recibido nuevas amenazas incluso después de su primera detención, por lo que el juez ordenó arrestarle de nuevo y ya se encuentra en prisión. La Policía hace hincapié en que los chats y las redes sociales son dos herramientas muy utilizadas en la actualidad por los menores de edad para comunicarse entre ellos y que en ocasiones no adoptan las precauciones necesarias para evitar ser víctimas de los ciberdelincuentes.

Por ello, no deben facilitar datos de carácter personal o fotografías a desconocidos. Y lo más importante, los padres no deben desentenderse de los menores cuando navegan y, al igual que en el espacio físico, deben preocuparse de «con quien están», «donde están» y «cuanto tiempo están».

ciudadanos@lavozdigital.es