así lo veo

Pimpollos

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El uso del color verde en política procede del mundo anglosajón y se equipara a todo aquello ponderado y equilibrado, a la vez que respetuoso con el medio ambiente. En español, lo verde es acompañado de connotaciones negativas y despreciativas, como inmaduro, amargo y obsceno. Los brotes verdes, expresión invocada originalmente por los presidentes de la Reserva Federal Norteamericana y del Banco Central Europeo, son señales que anuncian la primavera de la coyuntura económica. Dicha expresión original green sprouts, procede de la factoría Disney que comercializa productos infantiles para los bebés, que están libres de elementos potencialmente tóxicos como ciertos plásticos. Así es que de la referida factoría no sólo salió bambi, sino que ahora salen los brotes verdes.

La metáfora ahora utilizada por la ministra de Economía y Hacienda, quieren encumbrarla como expresión de lo políticamente correcto para ser transmitido de generación en generación. Algo parecido le ocurría permanentemente a Sancho y así lo hacía constar Don Quijote, porque aquel se afanaba en construir frases sin saber muy bien lo que quería decir, pero a base de repetirlo, su soniquete se va quedando y muchos de los que lo escuchan lo repiten sin descanso y sin cesar. Y ahí se quedaron. Pero la tierra de España es casi un erial, es la antesala del desierto. Difícilmente brote el nuevo tallo de la planta. Aquí sólo brotan términos confusos, a veces soeces, como miembra, jóvenas, antes partía que doblá o no hay problemas porque lo público no es de nadie. Lo último, la número dos metida a marciana y anunciando el acontecimiento histórico que se producirá en nuestro planeta próximamente, cuando en 2010, dos astros, uno blanco y otro negro nos gobiernen desde los dos lados del Atlántico. No es una cuestión cósmica, es simplemente cómica. No me queda más remedio que aceptar que en el desierto sólo cohabitan los cardos borriqueros, los pimpollos, que entran dentro del elenco del concepto de brote verde, hay que dejarlos para países más serios, en los que no se pierde el tiempo en decir tantas tonterías juntas.

Lo peor de todo esto, es la confusión que a muchos ciudadanos pudo crear en víspera de las elecciones que se celebraron ayer. ZP a toda prisa se puso a regar el secano en el que se ha convertido España, a ver si brotaba algo. Y bueno, en un desierto sólo se producen espejismos, que es lo que han sido las cifras de desempleo de mayo. Posiblemente el Plan Hidrológico Nacional (inversión donde las haya), hubiese sido más barato que el Plan EEE (gasto y no inversión) y auténticos tallos verdes estarían brotando en el campo español en estos momentos. 24.700 parados menos, cuando la política económica del gobierno plasmada ahora en el Plan de Incentivos Locales ha generado artificialmente 179.000 empleos, es eso, puro espejismo. Pensar que se ha frenado el desempleo, sería desoír a las instituciones internacionales que hasta la fecha aciertan en sus estimaciones macroeconómicas y que prevén una caída del PIB del 4% y un paro real alrededor de los cinco millones cuando finalice el año. En realidad, las decisiones gubernamentales en materia económica, nos sitúan en las antípodas de un supuesto modelo productivo sostenido, basado en la innovación.

Pero, la factoría Disney también creó a Pinocho y ZP nos engaña, como hacía aquel anunciando brotes y más brotes, que siguen ocultos porque sus raíces no son suficientemente consistentes.