JAMES TURRELL ARTISTA

«La luz es un elixir mágico que no valoramos mucho»

Es uno de los grandes, si no el más grande de los artistas plásticos contemporáneos. Su larga carrera, los honores recibidos, los museos que le han acogido, los proyectos que ha abordado, y los que tiene entre manos, le convierten en un nombre esencial e indiscutible del arte actual. En la Fundación NMAC, en Montenmedio, Vejer, Cádiz, acaba de inaugurar su única obra en España. En ella invita a mirar al cielo y a ver la luz como una experiencia interior.

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-¿Cómo ha concebido esta obra?

-Forma parte de una serie de trabajos sobre la percepción del cielo, acerca de cómo uno lo mira y lo colorea con su percepción. Pertenece a la serie de stupas (cúpulas relacionadas con el budismo). Uno se adentra en la vasija. Parte de la cuestión que planteo es por qué vamos dentro a mirar hacia fuera, porque podemos mirar desde dentro de ella. Pertenece a la serie en la que estoy trabajando ahora, los Sky Spaces (espacios para el cielo), pero al mismo tiempo quería hacer esta nueva obra más parecida al tipo de trabajo que estoy llevando a cabo en Roden Crater, en Arizona, es decir, piezas más grandes.

-Ha realizado estas obras por medio mundo. Hay incluso un circuito de ellas, en Inglaterra, Irlanda, Vancouver Seattle, desde Hotel Mendota hasta Roden Crater. ¿Qué tiene este cielo de particular?

-El cielo es diferente en cada sitio al que vas. Sufre muchas variaciones, es como comparar Irlanda con un país que no tenga mar, cuyo cielo cambiaría mucho. Aquí por supuesto el aire es más seco, pero puede haber tormenta alguna vez y estar cubierto. Sin embargo, Arizona es muy seco, 300 días al año sin nubes, así que tampoco cambia demasiado.

-Hay un claro trasfondo religioso y espiritual en su trabajo. ¿Por qué?

-Yo no lo definiría exactamente así. Existe una tradición de la luz en el arte, relacionada muchas veces con situaciones que son religiosas, y muchos artistas que trabajan con luz como Goya, Velázquez y también Caravaggio, Rembrandt, además de todos los impresionistas. Por ejemplo, en la Biblia el primer artista que se menciona es Babalú, que fue quien hizo el primer tipo de arte e hizo el arte de la permanencia, el Arca. Así que esta relación viene de antiguo. Hace mucho tiempo que el arte y la luz están relacionados, y también el arte y las ideas religiosas, así que no es nada nuevo, aunque quizás no se dé mucho en el arte contemporáneo.

-Resulta sorprendente, con los tiempos que corren, sobre todo en Europa, donde no se suele hablar con naturalidad de religión. ¿Considera que contemplar su obra es una experiencia religiosa o espiritual?

-Bueno, esta obra es mi forma de expresión, pero no pienso que sea particularmente religiosa. Trabajo con la luz y se piensa en ella a menudo en un contexto espiritual, pero no es como normalmente usamos la luz, ya que normalmente la luz ilumina un objeto, mientras que yo quiero tratar la luz como un objeto, de modo que sea la luz lo que realmente estemos observando.

-Su trabajo se relaciona, no sólo con su confesión cuáquera, sino con otras religiones como el budismo o el brahmanismo. ¿En qué sentido?

-He hecho trabajos en este orden, pero me gustaría decir que verdaderamente para adentrarse en un mundo espiritual hay que abandonar primero el mundo de los sentidos, y yo trabajo en el mundo de los sentidos pero te puede recordar a cualidades de la luz que vemos en el mundo real.

-Trabaja con la idea de meditación, incluso con la de peregrinación.

-Ciertamente es para contemplarla, pero no se trata tanto de la meditación sino de la disolución del «uno mismo» en el «vacío luminoso».

-Este espacio para meditar ¿quiere transformar al espectador?

-Bueno, eso es asunto del espectador, yo le doy la oportunidad, por supuesto.

-Ha dicho que «hay que adentrarse para mirar hacia afuera» ¿Cómo se relaciona lo interior y lo exterior?

-Sí, es lo que mencionaba antes, por qué vamos dentro para mirar al cielo, por qué vamos dentro para mirar hacia fuera, lo opuesto también es verdadero, que es por qué vamos fuera para mirar hacia dentro; es lo mismo que cuando uno viaja a otros países, uno descubre más sobre su propia cultura. Así que la idea es desde dentro captar una visión de fuera, para comprender cómo procede todo, de modo que aquí en realidad vamos dentro para llegar a comprender cómo creamos el color del cielo. Porque constantemente vemos sus colores, el color viene hacia nosotros, no entendemos que somos nosotros los que lo hacemos, y es una especie de reconocimiento para entender cómo nosotros coloreamos el cielo, el color viene de nosotros mismos.

-Cuestiona la percepción ¿por tanto, la realidad?

-Oh sí, por supuesto, porque nosotros formamos la realidad pero ignoramos cómo lo hacemos, estoy muy interesado en ello. Nosotros hacemos estructuras que habitamos, de la misma manera que nosotros tenemos de algún modo nuestro cuerpo dentro de la casa, el alma está dentro del cuerpo, y nosotros llegamos a este cuerpo y lo habitamos pero somos totalmente inconscientes de esta acción.

-¿Esta nueva obra se relaciona con la astrología, con la posición de los astros? He leído que en Roden Crater hay un espacio donde se refleja la luna cada 18 años en una estela de piedra pulida

-Bueno esta obra es más del tipo de trabajo que hago en Roden Crater, pero no tiene nada que ver con la posición de las estrellas, así que en ese sentido es diferente. Son piezas que no puedo hacer en un museo, de modo que es una oportunidad fantástica de llevar a cabo el tipo de trabajo que realmente quiero hacer. Ha sido un gran esfuerzo por parte de todo el mundo aquí, por el que estoy enormemente agradecido, han hecho un trabajo fantástico. La directora del NMAC y el ingeniero del proyecto vinieron a Roden Crater para conocerlo y vieron muchas cosas en Roden Crater, vieron en detalle cómo hacer un trabajo grande y cómo terminarlo.

-No se puede salir y entrar de su obra sin más. Su trabajo exige tiempo y una complicidad del espectador para completarse. ¿Cómo me aconseja que la vea, entonces?

-Bueno, eso lo dejo a su libre albedrío, pero intento hacer algunas cosas más cómodas que otras,siempre luego usted es libre de experimentarlas como quiera, pero lo cierto es que hay que dedicarle mucho tiempo, son cosas que van desarrollándose despacio, no deprisa, que necesitan nuestro tiempo, para ver el paso del sol, el cambio de día a noche y cuando amanece. Sí, la verdad es que no es justo, uno necesita sentarse una hora, y mirar la obra completa, y aún así se pregunta ¿qué percibo, no es suficiente aún? Sí, lo cierto es que lleva su tiempo, y no pido disculpas por ello. Porque además tenemos mucho tiempo, vivimos en una sociedad que siempre va deprisa y corre de un lado a otro pero tenemos