el rocío

Explosión de sentimientos

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a Hermandad llegó al Guaperal en torno a las once de la noche después de una una de las jornadas más largas de las que se recuerdan en estos últimos años. Fue muy calurosa y se alcanzaron casi los 40 grados en el ecuador del día. El intenso calor estuvo acompañado además de la presencia de insectos que hicieron la jornada muy dura, no sólo para los romeros, sino para las bestias que enganchaban las carretas y el Simpecado.

Hay que destacar el pequeño percance que sufrió una carreta cuando al paso de un remolque fue arrollada. Afortunadamente, ni los ocupantes ni las bestias sufrieron daño alguno y la hermandad decidió habilitar dos carriles para que los vehículos de tracción mecánica pudieran ir pasando por delante del Simpecado. El pitero anunciaba el rezo del Rosario y se volvieron a cantar sevillanas a la Virgen. La noche –que fue muy agradable en cuanto a temperatura– invitaba a rezar y a alumbrar con las plegarias de todos los jerezanos la Carreta de Plata del Simpecado de Jerez.

El alcalde de carreta dispuso la organización de la comitiva a las ocho y media de la mañana camino de Canaliega, donde eran muchos los jerezanos que recién llegados de la ciudad esperaban la entrada de la comitiva morada para acompañarla hasta los pies de la Blanca Paloma. Ya en Canaliega, a la salida de Manecorrro, la carreta del Simpecado se preparaba para su presentación ante la Blanca Paloma. El equipo de priostia, encabezado por Fernando Calderón, dispuso todo lo necesario para la colocación de las flores, acompañado de la Camarera de Altar Fina y del conocido florista Juan Manuel Toro Galvín. La presentación es uno de los momentos más importante de las distintas Hermandades filiales Rocieras. Después del duro camino por las arenas del Coto de Doñana, la Hermandad estaba impaciente por llegar a los pies de la Reina de La Rocinas, de ahí que Fernando Calderón sorprendiera a todos los jerezanos con los nardos que han traído especialmente desde la Tierra Santa de Jerusalén para el Simpecado y, con suma delicadeza, los habían colocado en las jarras que cada año cede la Hermandad de la Soledad.

A las 12.15 horas partió nuevamente la comitiva desde el puesto de Manecorro encabezado por el Banderín de Camino, que durante estos días de peregrinaje ha sido portado por las antiguas camareras de camino. La presentación oficial de las Hermandades daba comienzo a las doce de la mañana.

La Hermandad vecina de El Puerto de Santa María hizo su presentación con Villamanrique, ya que este año se cumple el cincuenta aniversario de su refundación. Desde muy temprano apretaba el sol y en la Marisma se reflejaba la Ermita de la Blanca Paloma mientras los jerezanos esperaron impacientes la llegada del Simpecado. Las calles Bellavista y Muñoz y Pavón eran un hervidero de personas que esperaban a la Virgen.

Emoción

Se produjeron varios desmayos debido al incesante calor, pero la espera merecía la pena, con lágrimas en los ojos de los jerezanos, la emoción se palpaba, Jerez se sentía en la Aldea, Jerez estaba con su Hermandad.

La alcaldesa Pilar Sánchez y la portavoz del PP, María José García-Pelayo, junto con otros compañeros de la corporación municipal quisieron acompañar al Simpecado. Joaquín Perea, Delegado Diocesano de Hermandades Cofradías, el Hermano Mayor de la Hermandad y su Junta de Gobierno entraban por Bellavista donde en la casa de las Niñas del Pastorcito Divino, recibían al Simpecado Morado con una petalada. En el recuerdo, el Teniente de Hermano Mayor Ignacio Muñoz que nos dejara para marchar con el padre a las Marismas Eternas.

Jerez estaba cada vez más cerca, la calle Bellavista se caía, las sevillanas a un lado y a otro de la vía y un gran número de personas acompañaban al Simpecado. En el recuerdo, Rafael Bernal García de Villegas, que año tras año, llevó el Simpecado Morado de Jerez en la Festividad de Pentecostés manteniendo Jerez su antigüedad entre las Hermandades Filiales Rocieras.

Sevillanas y pétalos

En la esquina de Bellavista con Muñoz y Pavón, cantaban al Simpecado una sevillana tras otra, acompañadas de una gran petalada. La Carreta del Simpecado se abría camino entre el gentío hasta llegar a la calle Almonte donde la Campana de la Casa de Hermandad de Jerez empezaba a tocar al paso de Simpecado. Hasta que llegó el momento esperado: Jerez ya estaba en la Ermita. La explosión de sentimientos ante la Virgen, contagió a todos los jerezanos. Jerez hacía su presentación, ante la Virgen entre aromas a nardos y romeros invadendo las calles de la Aldea.

El Simpecado llegó a su casa a las 16.30 horas, entre abrazos y lágrimas de los romeros jerezanos dentro en su Capilla. Se recogió con el retraso que las distintas hermandades que con antelación hicieron su presentación ante la Virgen propiciaron al haber sido acompañadas por otras hermandades filiales que celebran su aniversario. El día transcurrió con la convivencia de los romeros en la casa de Hermandad y compartiendo con unas copas de jerez la alegría de haber llegado a la Aldea.