TRIBUNA

una nueva cultura turística de andalucía

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El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, compartió con el conjunto de la sociedad española las claves de su estrategia para transformar el actual modelo productivo en un modelo de economía sostenible y que tuviera un claro reflejo en el ámbito económico, social y ambiental. En definitiva, nos plantea al conjunto de la sociedad un interesante desafío, que no es otro que ser los protagonistas de nuestro propio desarrollo.

Es evidente que la crisis económica mundial ha puesto de manifiesto la existencia de disfunciones en el sistema productivo y su excesiva dependencia de subsectores como el de la construcción. Pero a la vez, la crisis nos ha lanzado un potente mensaje: sólo con el liderazgo público, el diálogo y el consenso se pueden articular las transformaciones necesarias para salir con éxito de la actual situación.

Y el escenario elegido por el Gobierno central para escenificar este nuevo impulso es Andalucía. Desde nuestra tierra acogemos con gran entusiasmo este cometido, ya que gran parte del trabajo que hemos llevado a cabo estaba orientado en la buena dirección y ha sentado las bases para desarrollar una sólida economía sostenible.

La transformación experimentada por Andalucía en los últimos años ha tenido en el turismo un gran aliado. Esta industria aporta alrededor del 12,5% del PIB andaluz, proporciona empleo a más de 425.000 personas y generó ingresos por 17.100 millones de euros en 2008.

Tras estas cifras se encuentra el sostén de una potente e innovadora política turística en la que el Gobierno andaluz ha sabido estar atento a todas las demandas para hacer efectivo un cambio de rumbo en las estrategias, siendo uno de sus pilares la preocupación por la preservación del espacio en el que se desarrolla la actividad turística, se desenvuelve el turista y convive la población local. No hay que olvidar que en los últimos años hay un nuevo tipo de turista. Éste viaja no para cambiar de escenario, sino para tener experiencias.

Por ello, al Plan General de Turismo Sostenible de Andalucía 2008-2011, le sumamos ahora el desarrollo de la Estrategia de Turismo Sostenible de Andalucía, una experiencia inédita en el conjunto del Estado por la implantación de una cultura de planificación innovadora y continuada en el tiempo.

Hemos analizado 110 propuestas y se han primado aquellas que garantizaban la preservación de los recursos naturales y culturales con alto potencial turístico. Así, 27 comarcas andaluzas han aceptado ya el desafío para dirigir su evolución económica, ambiental y social orientándola a un desarrollo turístico sostenible. A estas comarcas se sumaran otras en breve. Sostenibilidad, calidad, diversificación y diferenciación serán las señas de identidad de estos territorios en el medio plazo.

Estos son algunos de los exponentes de la nueva cultura turística en Andalucía, pero aún nos queda un largo camino por recorrer.

Parece que todos coincidimos en sustituir el criterio cuantitativo por el cualitativo. Es la calidad y no la cantidad lo que genera valor añadido en un marco de sostenibilidad. Se trata de un cambio de criterio para el que no estamos aún lo suficientemente preparados. Hemos hecho el mismo esfuerzo para crear magníficas instalaciones y espacios turísticos pero no tanto para cualificar lo existente.

Este cambio de parámetro implica una visión de medio-largo plazo en la toma de decisiones abandonando toda pretensión de retorno en el corto plazo, lo cual exige un compromiso de responsabilidad y generosidad política y social.

El incremento de la competitividad de nuestras empresas requiere que por parte del sistema se propicie la formación de los recursos humanos y la introducción de elementos de innovación en los procesos. Tenemos que ser capaces de fijar la idea de que la inversión en I+D+i es la única que tiene capacidad para crear valor presente y futuro y para dar solidez a nuestra industria.

En este contexto, la sostenibilidad debe incorporarse definitivamente en la actividad turística como una inversión que incrementa la cuenta de resultados de la empresa, como un criterio de rentabilidad económica. Y no pueden seguir siendo indicadores u objetivos el incremento de turistas o de pernoctaciones, sino la mayor generación de valor añadido, lo cual tiene mucho que ver con elementos cualitativos y no cuantitativos.

Por ello, agradezco elección de Andalucía por parte del presidente Zapatero, que no es casual, y que confía en el nuevo presidente andaluz, José Antonio Griñán, para iniciar este cambio de rumbo en el sistema productivo español. Nos avala el compromiso que el Gobierno de Andalucía mantiene desde hace muchos años con la sociedad andaluza. Un compromiso, que nos ha hecho ser pioneros y ostentar posiciones muy competitivas en industrias, que como la turística, siguen trabajando intensamente para hacer realidad una economía sostenible en nuestra tierra.