La pérdida de ingresos eleva el déficit del Estado hasta los 6.553 millones en los cuatro primeros meses de 2009

La "importante pérdida de ingresos" que trae consigo la crisis económica ha hecho que las cuentas del Estado, que ya entraron en déficit en marzo, registrasen hasta abril un saldo negativo de 6.553 millones de euros, el 0,6% del Producto Interior Bruto (PIB). La cifra contrasta con los cuatro primeros meses de 2008, cuando hubo un superávit de contabilidad nacional de 9.123 millones de euros, si bien supone un déficit menor del contabilizado en marzo -de 7.586 millones-.

Esta diferencia no puede, sin embargo, considerarse una mejora, y puede deberse a distorsiones el inusual aumento interanual registrado en los ingresos por el Impuesto de Sociedades. El déficit muestra, en cualquier caso, como señala el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, el deterioro de los ingresos que conlleva la recesión, una situación para la que aún no se atisban "brotes verdes" de recuperación, porque la recaudación evoluciona con más retraso de lo que lo hace la economía.

Ocaña ha subrayado que el déficit también se debe al esfuerzo fiscal del Gobierno en sus medidas para afrontar la crisis, que tienen un impacto significativo sobre la recaudación: los ingresos por impuestos, que suponen el 92,8% de los recursos del Estado, cayeron el 18,1% en el primer cuatrimestre, hasta los 44.643 millones de euros. Los gastos del Estado, por el contrario, subieron el 13,5%, hasta los 54.349 millones de euros, y también reflejan el esfuerzo público ante la crisis, como en el caso de las transferencias de capital, que subieron el 178,2% debido al Fondo Estatal de Inversión Local.

El IRPF, el que mejor se comporta

El IRPF es el impuesto que, a pesar de la coyuntura, sigue "comportándose" mejor, según Ocaña. No obstante, la recaudación por este tributo sobre las rentas de los trabajadores bajó el 11,7%, debido en primer lugar a las caídas de las retenciones -por la reducción del empleo- pero también a la deducción fiscal de 400 euros y al pago fraccionado. Así, Ocaña ha aformado que, sólo en abril, se han dejado de ingresar 2.000 millones de euros por el adelanto de esta deducción, que no se registró en el mismo mes del año pasado. Además, sin el aumento del pago fraccionado y el mayor número de devoluciones ya registrado, la bajada de la recaudación en IRPF habría sido del 3,6%.

En los datos de este mes se produce una distorsión con el tributo que grava a las empresas, el Impuesto sobre Sociedades, cuya recaudación ha aumentado el 59% debido a que el año pasado se amplió el plazo para el pago fraccionado y los ingresos importantes no se registraron hasta mayo, de ahí esta diferencia interanual que se corregirá en próximos meses. Además, ha recordado, este año ha desaparecido la libertad de opción del pago del 18% en la última cuota líquida del impuesto. De no existir ambos efectos, los ingresos por el Impuesto sobre Sociedades habrían disminuido el 27,7%, más en línea con la situación de crisis.

Los ingresos obtenidos a través del IVA también han registrado hasta abril una importante caída, del 33%, pero dicha bajada habría sido menor, del 21,1%, si no se estuviesen aplicando los adelantos de la devolución de este tributo o el aplazamiento de sus pagos. En este sentido, según datos del Ministerio de Economía y Hacienda, las medidas tomadas respecto al IVA -aumento de aplazamientos, devoluciones mensuales y adelanto de las devoluciones- suponen 5.850 millones menos para las arcas del Estado sólo en el mes de abril y con respecto al mismo mes del año anterior.

La recaudación por los Impuestos Especiales se redujo el 3,8% debido a la "atonía del consumo", según reconoció Ocaña, y retroceden todos los tributos excepto el que grava la electricidad. En términos de caja -que computa los ingresos y los gastos cuando se efectúan, no cuando se comprometen- el Estado tuvo hasta abril un déficit de 8.467 millones de euros, frente al superávit de 8.376 millones registrado en el mismo periodo de 2008.