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La Feria acaba con sabor futbolero

El traje de flamenca cedió el protagonismo a la camiseta del XerezLos caseteros dicen que la crisis se ha notado, pero están satisfechos

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Todavía quedaban ganas ayer de pisar el albero del Parque González Hontoria. Ni el bochornoso calor que invitaba a coger el coche y acabar en alguna playa cercana, ni el estómago que daba saltos ante la sola mención de un pimiento frito más, ni el sablazo a la cartera tras una semana entera de fiesta, ni las cuerdas vocales hechas añicos y las alergias que han hecho su agosto en los cuerpos castigados por el rebujito y la falta de sueño, nada consiguió ayer entorpecer la última jornada de la Feria del Caballo.

El domingo sigue siendo el día de los más jartibles, ésos que empezaron la semana diciendo que «este año no tengo yo mucho cuerpo de Feria» y no han faltado ni un día, ésos que ayer aún se atrevieron a quedar con la familia para comer todos juntos y despedirse de las casetas hasta el año que viene.

Y para irreductibles los más pequeños de la casa que todavía no se han cansado de los cacharritos y aún demandaban ayer el último paseo en el Superratón Vacilón, las Cataratas o la Noria. Los niños fueron de los más presentes ayer en el Real en una jornada que, como ocurre todos los años, fue muy tranquila y en la que más que los bailes por sevillanas y los paseos lo que primó fue sentarse al fresquito y pedir algo de comer.

Aunque escasos, hubo coches de caballo y enganches, y también alguna que otra joven vestida de flamenca aprovechando las últimas horas para lucir lunares y volantes. Pero sólo fueron pequeños recordatorios de las estampas que dejaron los días grandes de esta semana.

Lo que sí inundó ayer el Real, lo que saltaba a la vista a lo largo del Paseo de las Palmeras, lo que hacía que los visitantes extranjeros sacaran la cámara fueron los numerosos jerezanos que decidieron acudir ayer al González Hontoria ataviados con la camiseta del Xerez Deportivo, que además ayer coronaba la tarde de la última jornada de Feria con un partido ante el Castellón.

Camisetas azules y blancas, saludos entusiasmados y hasta alguna bufanda xerecista (con el que calor que se despachaba ayer en el recinto ferial) para homenajear a un equipo que tiene ya un pie y medio en primera y que ha estado más presente que nunca en la semana de fiesta.

Y es que muchos jerezanos, todos los que pensaban comer ayer en la Feria para luego darse cita en torno a las 16.30 horas en la rotonda central del Real y enfilar juntos el camino hacia el Estadio Chapín, es «un motivo de orgullo» que en la fachada de todas las casetas haya lucido la bandera que repartió el Ayuntamiento y en la que se podía leer el lema Un equipo de Primera para una ciudad de primera.

La presencia de los aficionados futboleros ofreció una de las imágenes más curiosas de la Feria de este año, y si el martes fue el día de los niños, el miércoles el de las mujeres, el jueves y el viernes el del lucimiento de los caballistas y el sábado el de los visitantes de fuera de Jerez, ayer fue el día de los xerecistas. El domingo, no podía ser de otra manera.

Mientras los seguidores del balón pedían las últimas raciones, regaban con rebujito sus esperanzas (luego satisfechas)de otra victoria en casa y se saludaban unos a otros por el recinto –pero sobre todo en las casetas de las peñas–, los caseteros hacían ya un balance más completo de la semana con una afirmación común: la crisis se ha notado, pero no tanto como se auguraba, y casi todos han acabado muy satisfechos.

Así lo reflejaba ayer Francisco, uno de los camareros de Los Caireles, que recalcaba que «sí ha venido gente a comer, pero la mayoría se ha ido a los platos más económicos de la carta». «Marisco nos han pedido poco, la verdad», añadía resignado.

Un tocayo suyo que se ha pasado la Feria detrás de la barra de la caseta Camino del Rocío también coincide en que los problemas económicos se han dejado sentir, «sobre todo en que los primeros días de la Feria han sido mucho más tranquilos que otros años». Eso sí, él afirma que «los que han venido han consumido de todo».

En general, la mayoría de los caseteros se mostraban ayer razonablemente contentos con los resultados de la semana de celebración en la ciudad, un sentir que también compartía ayer la delegada de Cultura y Fiestas, Dolores Barroso, que destacó que la Feria «deja bonanza económica en la ciudad», y que añadió que «a pesar de que los dos primeros días la ocupación fue más tímida, a partir del martes hubo un lleno absoluto».

Por la noche, y antes de que el alumbrado se apagara hasta el año que viene, hubo un fin de fiesta más movido que en anteriores ediciones espoleado por la celebración en el recinto de la victoria del Xerez. Sí, ha sido una Feria de primera para todos.

ppacheco@lavozdigital.es