ESPERA. Los terrenos donde irá el polígono no tienen ningún uso. / LA VOZ
Chiclana

El proyecto de Miralrío se presenta esta semana tras más de tres años de retrasos

Será el quinto polígono industrial y ocupará casi 400.000 metros cuadrados

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A mediados de 2006, el entonces Gobierno municipal en mayoría absoluta del PSOE aseguraba que ese mismo año el polígono industrial de Miralrío sería una realidad. Han tenido que pasar más de tres años de un retraso justificado «en la lentitud burocrática de la administración», para que el que será el quinto recinto empresarial y comercial de Chiclana dé su primer paso en firme para ver la luz.

Esta misma semana, probablemente mañana jueves, el Ayuntamiento dará a conocer el proyecto de urbanización y el plan parcial que permitirá parcelar los casi 400.000 metros cuadrados de suelo que ocupará Miralrío en el margen izquierdo de la autovía de circunvalación A-48, en las inmediaciones del Pago del Humo. Los técnicos llevan meses perfilando el desarrollo de un parque empresarial muy esperado por los colectivos sociales y económicos locales.

En concreto, ha sido la Empresa Pública de Suelo de Andalucía (EPSA) quien se ha encargado de la redacción de ese documento después de que a finales del pasado mes de febrero la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía desafectara todas las vías pecuarias existentes en la localidad, incluida la Dehesa de la Boyada, que dividía en dos el suelo que ocupa el futuro polígono industrial chiclanero, invadiéndolo en más de 14.000 metros.

Dentro de unas semanas el Consistorio a través de su empresa municipal, Emsisa, iniciará la licitación y adjudicación de las obras de parcelación y urbanización del recinto, que según las primeras estimaciones podrían comenzar a finales de este mismo año.

Del polígono industrial de Miralrío, quinto de la ciudad tras El Torno, Pelagatos, La Hoya y Urbisur, se lleva hablando desde 2003 y hace tres años se anunció que su desarrollo sería inminente. Sin embargo, los problemas administrativos eternizaron sus trámites, pese a las críticas y reiteradas peticiones del colectivo empresarial de la ciudad para que se le diera celeridad a su puesta en funcionamiento.

En su diseño original se planteó que de un 52% de su superficie total estaría destinada a zonas verdes y viarios, y que el resto del edificable se repartiría entre una veintena de parcelas de 3.000 metros cuadrados, una treintena de 1.000 m2 y otras 150 de 400 m2 para pequeñas empresas.

Recientemente tanto el alcalde, José María Román, como la edil de Urbanismo, Cándida Verdier, hablaron abiertamente de la posibilidad de que la distribución final del nuevo recinto varíe con respecto a ese planteamiento.

Además, la baremación anunciada para primar la instalación de empresas que se trasladen del casco urbano o que apuesten por las nuevas tecnologías no está confirmada. No se descarta tampoco que Miralrío pueda tener un enfoque comercial mucho más importante del que se le presuponía cuando fue concebido.

chiclana@lavozdigital.es