Castigo para Pepe

La actuación del defensor del Real Madrid Pepe durante el encuentro contra el Getafe, en el que cometió un alevoso penalti sobre Casquero, le pateó, se enzarzó puñetazos con otros rivales y salió del campo insultando al equipo arbitral, constituye una intolerable exhibición de juego sucio impropia de un jugador de la categoría del portugués y que no debería haber recibido ninguna muestra de condescendencia como alguna que se escuchó en el club blanco la misma noche del partido. El arrepentimiento espontáneo de Pepe y acatamiento de la multa impuesta por su equipo reflejan su aturdimiento ante una reacción incomprensible, aunque no basta para borrar el daño infligido al fútbol, a los millones de seguidores madridistas y, en particular, a todos los menores que ven al defensa, reconocido como uno de los jugadores más apreciados en el vestuario, como uno de sus ídolos.