Jerez

El acusado del crimen de Ídolos dice que no recuerda nada porque estaba borracho

Empieza el juicio por el asesinato del dueño de la tortillería Poti-Poti, que recibió 44 puñaladas en agosto de 2007

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El juicio por el crimen de la calle Ídolos comenzó en la mañana de ayer en la Sección Octava de la Audiencia Provincial con la comparecencia de Vitali Zaruba, acusado del asesinato de José Manuel B. M, que recibió 44 puñaladas en distintas partes de su cuerpo cuando fue encontrado en la cocina de su domicilio, durante la madrugada del pasado 16 de agosto de 2007. El joven ucraniano de 23 años, que es el presunto autor del crimen, aseguró ayer que no recordaba nada de lo ocurrido, alegando que estaba borracho y que sufrió una pérdida de memoria después de que la víctima, de 44 años, le agarrara con fuerza por el brazo y se asustara. Sin embargo, su presunta novia declaró por la tarde que V. Z. no bebió alcohol ese día porque estaba enfermo.

Durante la primera jornada, que tendrá continuidad esta mañana, la Fiscalía realizó una exposición de los hechos, en virtud del informe que recoge las declaraciones recabadas tras el apresamiento del ciudadano de origen ucraniano, que se produjo el 14 de septiembre en Barcelona, para solicitar una condena de entre 23 y 26 años, la máxima que permite la Ley por un delito de asesinato, ya que, al igual que el abogado de la acusación, considera que «actuó de forma consecuente y causando mayor dolor del preciso». A Vitali Zaruba le acusan de tres delitos -asesinato, hurto y hurto de uso- pues tras producirse los hechos cogió el coche del fallecido, así como un móvil y un ordenador portátil, y huyó hacia Algeciras.

Tanto la Fiscal como el abogado de la acusación, Juan Pedro Cosano, recordaron que V. Z. reconoció su culpabilidad tras ser apresado, por lo que ayer le acusaron de cambiar su declaración al indicar el joven ucraniano que no recordaba haber cometido el crimen porque había consumido grandes cantidades de alcohol y cocaína. Por contra, argumentó que José Manuel B. M. le propuso mantener relaciones sexuales cuando ambos llegaron al domicilio, propiedad del fallecido, que compartían desde el pasado 11 de agosto de 2007. En este sentido explicó que cuando se despertó en el lugar de los hechos, se lavó las manos y cogió el vehículo del fallecido sin rumbo fijo.

Asimismo, a lo largo de la vista, el presunto asesino reconoció que tuvo el primer contacto con J. M. B. M. en el cumpleaños de un amigo común, también de origen ucraniano. Tras el encuentro, V. Z, que vivía en Brenes (Sevilla), manifestó que se trasladó al domicilio de la calle Ídolos «de manera provisional». Durante al menos 15 días compartieron casa y el acusado realizó trabajos como pintor en la casa del padre del fallecido, reconociendo además que no tuvo ningún problema anterior con él y que incluso la víctima le llevó una vez al Hospital cuanto tuvo una otitis y le dio de comer cuando se le acabó el dinero».

Hubo traslado del cuerpo

Los hechos se produjeron «tras una tarde de fiesta». El acusado fue a buscar al dueño del bar, que regentaba en la calle Porvera, la tortillería Poti-Poti. Ambos se marcharon juntos a la casa de la calle Ídolos. El joven ucraniano dijo que iba a cambiarse de pantalón para salir otra vez porque había quedado con su novia, aunque su versión actual no se corresponde con la primera declaración. Por la tarde declararon la hermana del fallecido y la agentes de la Policía Científica, que argumentaron que los rastros de sangre encontrados indican que el cuerpo fue trasladado de la cama a la cocina.