J. G. Ballard, en una imagen de archivo.
literatura

Muere J. G. Ballard, referente británico de la ciencia ficción

El autor de obras como "El Imperio del Sol" y "Crash" ha fallecido a los 78 años tras una larga enfermedad

LONDRES Actualizado: Guardar
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El escritor J. G. Ballard, uno de los grandes referentes de la literatura británica de ciencia ficción de las últimas décadas, ha muerto a los 78 años después de una larga enfermedad, ha informado su agente, Margaret Hanbury. El autor de obras como El Imperio del Sol y Crash, cuyas adaptaciones cinematográficas fueron grandes éxitos de Hollywood, escribió un total de 15 novelas y numerosas historias cortas. Ballard, que afirmaba que sus libros no eran ciencia ficción, sino "un retrato de la psicología del futuro", obtuvo fama mundial con El Imperio del Sol (1984), novela basada en los años que pasó en un campo de concentración japonés en China cuando era un niño.

La novela fue llevada a la gran pantalla por Steven Spielberg en 1987, al igual que lo fue Crash (1973), adaptada por David Cronenberg en 2000 y también un gran éxito de público y crítica. Ballard nació en Shangai (China) el 18 de noviembre de 1930 y durante la II Guerra Mundial fue encarcelado junto a su familia, que formaba parte de la comunidad británica de expatriados, por los invasores japoneses, cuya violencia es descrita en su obra. Esa experiencia cuando tenía 12 años le marcó y dejó una clara impronta en su obra, que comenzó a desarrollar plenamente a principios de los años sesenta, ya instalado en el Reino Unido.

Del papel al celuloide

Sobre su experiencia infantil durante la guerra, afirmó en una ocasión: "No diría que fui feliz, pero no tengo recuerdos desagradables del campo. Recuerdo mucha de la brutalidad arbitraria y de las palizas continuas, pero al mismo tiempo los niños podíamos jugar todo lo que quisiéramos y a todas horas". A la fama cosechada por la obra adaptada por Spielberg, se sumó la generada por la versión cinematográfica de Crash, una descripción explícita sobre la relación entre el deseo sexual y los coches que provocó una fuerte controversia por parte de quienes consideraban que superaba los límites aceptables de la obscenidad.

Sus últimos trabajos -Super-Cannes (2000), Millennium People (2003) y Bienvenidos a Metro-Center (2006)- atrajeron a numerosos lectores, pero también polémica en los círculos literarios. En cuanto a los cuentos e historias cortas, su prolífica trayectoria se remonta a finales de la década de los cincuanta y es en la década posterior cuando se convierte en uno de los autores de referencia de la llamada Nueva Ola de la ciencia ficción inglesa. Su literatura desarrolla la problemática del siglo XX, ya sean las catástrofes medioambientales o el efecto en el hombre de la evolución tecnológica, como en su primera novela, El mundo sumergido (1962), en la que imagina un tema tan de actualidad como las consecuencias del calentamiento global del planeta.