El escritor José María Merino recibe los aplausos del ministro de Educación, Ángel Gabilondo , entre otros, durante el acto de su ingreso en la Real Academia Española ./ Efe
SUSTITUYE A Claudio Guillén

José María Merino ingresa en la RAE desvelando la «realidad» de la ficción

En su discurso el autor reflexiona sobre el oficio de escritor y el proceso de inventar

MADRID Actualizado: Guardar
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El escritor José María Merino ha ingresado en la RAE con un discurso plagado de ficción y maestría al explicar cómo se enfrenta un autor al proceso de inventar ficciones. Elegido para ocupar el sillón 'm' de la RAE, Merino ha destacado el poder de la literatura para afrontar la realidad en un discurso titulado 'Ficción de verdad'. El encargado de contestarle ha sido el escritor y académico Luis Mateo Díez. Con este juego de palabras "ambiguo" que da título a su discurso, José María Merino ha explicado cómo la literatura se asemeja de manera "escurridiza" a la realidad "hasta construir su forma exclusiva de verdad".

El autor, que ocupará la vacante de Claudio Guillén, ha destacado que se le asigna un sillón en la RAE identificado con la misma letra que es la inicial de su apellido y también la inicial de palabras como "madre y música, madurez, magia, manantial, mar, melancolía, memoria, mestizaje, metamorfosis, montaña, mito o muerte, que hacen resonar para mí un eco singular en la literatura y en la vida". En su discurso se ha referido también a los pormenores del proceso de inventar ficciones, que en su caso comienza siempre "desde la intuición de lo extraño" que puede esconderse "detrás de cualquier hecho cotidiano".

Ficción como imaginación

En este sentido, Merino repara siempre en "aspectos raros" de la realidad cotidiana, porque para este autor, una de las funciones de la literatura es "profundizar en lo inusual, en lo misterioso y menos evidente de la realidad, enfocándolo muchas veces desde la perspectiva fantástica". En esta misma línea, Merino ha recordado que la ficción como invención de la imaginación humana es muy anterior al mundo clásico y ha declarado que es "difícil" encontrar una situación humana que no haya sido "prevista o relatada por la ficción, e incluso es difícil, en algunos aspectos patológicos, poder esclarecer la realidad sin ayuda de la literatura".

Estas especulaciones, según el autor, nacen de su interés por "la cultura oral", desarrollado por la circunstancia de haberse criado en León, "un territorio a la vez mítico e histórico, donde la narratividad de tal carácter, vehículo de innumerables ficciones, tuvo mucha importancia comunitaria hasta tiempos relativamente recientes", ha explicado. "Y es que la ficción, con sus sucesos y personajes inventados, interpreta la realidad por medio de un procedimiento que está en nuestra propia condición, que nos pertenece de forma natural". "La especie humana inventó la palabra y la ordenó en ficciones, un artificio hecho de sueños objetivados, nuestra primera sabiduría consciente, y posiblemente somos sapiens desde ese preciso instante porque la buena ficción siempre resulta una revelación, mediante lo simbólico, de lo que la realidad esconde", ha concluido el autor.