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Griñán: ¿Titular o interino?

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No lo tiene fácil Griñán pues con los regímenes, aunque sean democráticos, pasa como con las empresas familiares, que la sucesión es complicada, porque siempre hay varios que se consideran con derecho preferente a ser designados herederos y como solo uno puede ser elegido, el preterido no suele tomárselo bien. Además, la experiencia nos dice que los políticos que se han considerado postergados en un nombramiento, suelen convertirse en un problema tremendamente irritante para el nombrado. Aquí será determinante la energía y autoridad con la que el cabo de varas alcalaíno se proponga mantener la disciplina. Todo apunta a que Andalucía tendrá un presidente que deberá mucho a la guardia pretoriana del partido.

Andalucía es tierra de taifas y los partidos representan una de sus expresiones más actuales. Estos, salvo cuando están sometidos a la autoridad incontestable de un líder fuerte, se organizan en corrientes y en el PSOE hay mucha tradición. Hoy la duda es si Griñán tiene madera de líder sólido o por el contrario proliferarán las corrientes en su partido. ¿Se aquietarán a su mando los vallejistas, marmorenistas, maleninistas o psoesevillistas? O menudearán las conspiraciones hasta hacerlo ingobernable.

Lomo de atún rojo de almadraba del derecho, solomillo de retinto, esto es lo que nos han dicho que es Griñán, lo mejor de lo mejor. Un político con experiencia, ¡vaya que sí! Parece que lleva en coche oficial casi tanto tiempo como Martín Villa, que es quien en este asunto oficia como unidad de medida.

La verdad es que siendo Griñán tan brillante y estando tan preparado, no se entiende porque no es presidente de la Junta desde hace años. Quizás porque, como el ha dicho, no tiene ambiciones. Hay que ver ¡qué mala suerte tiene Andalucía!, ahora que se nos va un presidente que no tenía ni idea de cómo conseguir sus ambiciones nos viene otro que ya no las tiene. Cuánto me recuerda Griñán a Solbes: barba blanca, aspecto doctoral, ademanes pausados. Ojalá sus parecidos terminen ahí, porque no quiero ni pensar que va a ser de nuestra tierra, si también se asemejan en la indolencia y hastío que han caracterizado al ex ministro.

Entre tanto, la infantería del régimen está en expectativa de destino, se sienten como los cesantes de la Restauración, deshojando la margarita de si ¿me tocará por fin mi merecida y trabajada canonjía? o ¿me quitarán lo que tanto trabajo y mamporreo me ha costado conseguir? En general, la sensación es de acojone de moderado a fuerte, con intervalos de muy fuerte en algunas agrupaciones.

Nunca el PP lo tuvo tan a huevo: un presidente sin la autoridad y legitimación que otorgan las urnas, percibido como un mero primus inter pares y un PSOE en estado de susto, cada vez oliendo mas a sálvese quien pueda y a ¿qué hay de lo mío?, proporcionan al PP la ocasión más real de gobernar en Andalucía. Esperemos que por una vez los populares, usualmente tan ONG del PSOE cuando éste pasa por apuros, no se apliquen con entusiasmo a la tarea de darle alas a los socialistas.