EL PUERTO. La Humildad, una de las más antiguas de la Semana Santa portuense, sale de la Iglesia Mayor Prioral. / ROMÁN RÍOS
CÁDIZ

La Sierra vive su jornada más intensa, como preámbulo de la Madrugada

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Arcos vivió ayer su jornada cofrade más intensa con el preámbulo de su cita grande, la Madrugada del Nazareno. A las seis de la tarde la Iglesia de San Juan de Díos abrió sus puertas de la calle Corredera para recibir a la Hermandad más antigua de Arcos, la Vera Cruz, cuyo cristo cuenta con 460 años de antigüedad.

La Hermandad lució su recogimiento y tristeza por la muerte de Cristo por el centro de la localidad, haciendo una incursión majestuosas en el final de su recorrido por el Casco Antiguo. El capataz del paso del Cristo, Juan Manuel García Pajuelo, es la muestra de que la juventud cofrade arcense ya no sólo se abre hueco entre las hermandades sino que son el auténtico alma de las mismas.

Los vecinos vivieron la salida del Cristo ataviados con sus mejores galas, como es costumbre en la localidad, para posteriormente encontrarse con Los Remedios en el Casco Antiguo. La solemnidad y sobriedad de la Vera Cruz, cuyo Cristo es acompañado con música fúnebre, se abraza con el silencio de Los Remedios. El Cristo de esta última hermandad ha sido bajado del Calvario y es portado a hombros por los hermanos cuando aún permanece inerte en la Cruz.

Al Cristo de la Vera Cruz lo acompañan la centenaria imagen de Nuestra Señora de las Angustias y San Juan Evangelista. Ambas imágenes cargadas por mujeres que dan aún mayor belleza al desfile procesional.

Los Remedios partió de la Iglesia de San Pedro Apóstol, su sede canónica, recibiendo el cariño de su barrio desde su aparición por el pórtico de la misma. La imagen del cristo y el paso mariano de la Virgen de los Remedios protagonizaron unas bellas estampas por el Casco Antiguo. Las calles empedradas, empinadas y encaladas son el escenario perfecto para el recogimiento y la penitencia que supone llevar a Cristo muerto, acompañado por varias mujeres vestidas de mantilla.

La coincidencia de ambas hermandades y la apertura de templos y conventos crearon un ir y venir constante de personas por las calles más céntricas de la localidad. La Semana Santa otorga una vida extra al municipio serrano que vive la Pasión de Cristo con devoción y festeja el inicio de la nueva vida que representa la primavera.

Chiclana

Quizás el desfile procesional más esperado de cuantos tienen lugar en la Semana Santa de Chiclana, el Nazareno recorrió anoche las principales calles del centro de la localidad.

La Venerable Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores y San Juan Evangelista inició su puesta en calle a partir de las 22 horas desde el Convento Jesús Nazareno, y completó su desfile pasadas las cuatro de la madrugada.

Claves rojos y blancos ornamentaban los pasos del Cristo y la Virgen, con unos costaleros de la Peña Nazarena, entregados a su fe, devoción y trabajo.

La emoción protagonizó la práctica totalidad del recorrido religioso, que tuvo algunos de sus momentos más espectaculares en la salida y en el paso de los palios por los templos locales.

Esta hermandad, que fue refundada en 1967, puso anoche todo su saber hacer en un desfile procesional espectacular, que tuvo al Hermano Mayor Juan Jesús Rús como protagonista principal, junto a los capataces de la procesión, que en todo momento mantuvieron el riguroso rictus de tensión del momento.

Puerto Real

ENumerosas personas se congregaron a las siete de la tarde de ayer, en la explanada de la parroquia de María Auxiliadora, para ver salir a la hermandad de Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado y María Santísima de la Trinidad, conocida popularmente como la cofradía del Medinaceli.

El paso, construido por los hermanos Rodríguez, con una serie de cartelas, obra de Juan Luis Castro, escenas de la Pasión en los laterales, el escudo de la hermandad en el frontal y en la trasera el de la Villa, fue portado por dos cuadrillas de hermanos costaleros al mando del capataz Fernando Sánchez y no llevaba acompañamiento musical.

Numerosos fieles se agolparon en el atrio de la prioral de San Sebastián, donde a las diez y media de la noche, la cruz de guía surcó las puertas de la parroquia dando inicio a la salida de la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima del Mayor Dolor.

El Nazareno de Puerto Real sintetiza la pasión en una bella y austera imagen que expresa la humanidad dolorosa de Cristo y la armonía entre la forma humana y la mesura de la majestad divina que acepta por propia voluntad el sacrificio.

La imagen cargando la cruz, que es obra del escultor jerezano Tomás Chaveli de 1941, quién modeló un hombre de carne y hueso, de nervios y sensibilidad, y planteó acentuar el realismo en su obra, iba acompañada por una talla barroca de Simón Cireneo.

El paso -acompañado por 200 penitentes con túnica y antifaz morado y cíngulo de esparto, para mostrar la sobriedad de la imagen titular de la hermandad iba en silencio, sin escolta musical-, fue construido en madera de caobilla en 1995 por Diego Salvador Flores, e iba adornado con 130 docenas de claveles rojos y cargado por 32 hermanos costaleros a las órdenes del capataz Miguel Angel Mangano.

Mas de 160 penitentes con túnicas y antifaz negro y cíngulo de esparto precedieron el paso de palio de la Virgen del Mayor Dolor, obra de 1942 del escultor sevillano Antonio Castillo Lastrucci, estaba exornado por claveles, rosas y fresias de color blanco y era portado por 32 costaleros al mando del capataz Jesús Castañeda y acompañado por la banda de música Gallín de Puerto Serrano.

El Puerto

El Puerto se adentró anoche en su gran madrugada nazarena con el desfile procesional de la hermandad de cofradía de la Humildad que inició su estación de penitencia a las siete y media de la tarde desde la capilla del Rosario de la Aurora en la Iglesia Mayor Prioral. Poco después de la diez y media de la noche, largas filas de nazarenos con túnica blanca y capa y capirote morado llegaban a la zona de la Tribuna. La talla del Santísimo Cristo es de autor anónimo, de escuela castellana, perteneciente al Siglo XVI, acompañado en su paso de misterio por dos sayones y dos romanos, salidos del taller de Castillo Lastrucci. La imagen de la Dolorosa es también una icona anónima, fijada por los expertos en el Siglo XVII. La Hermandad posee igualmente una imagen de San Juan, restaurado por Golluri, y que procesionó hasta 1949, al igual que Santiago, en pasos aparte. Es una de las más antiguas y clásicas de l Semana Santa portuense y ayer volvió a demostrarlo en su manifestacíón pública de fe por las calles de la localidad

Jerez

Aunque poco a poco, la Hermandad de la Redención va aportando nuevos bríos a un Jueves Santo que parecía más que apagado en años anteriores, y que con la llegada de la cofradía del Santuario de María Auxiliadora ha recuperado parte de la brillantez que tuvo en su época. Aún así, esta jornada continúa siendo una de las más apagadas de nuestra Semana Mayor, aunque gracias a la presencia de la Madrugá se mitigan sus efectos. Un día elegante, eso sí, gracias a la majestuosidad del palio del Mayor Dolor, o a la clase y tronío de la cofradía de la Vera Cruz, aunque un día triste, quizá, por la ausencia de Manolito el del Huerto con su hábito nazareno.