REFERENTE. La cofradía de la Caridad una de las más populares a nivel devocional de todas las que hacen estación de penitencia en San Fernando. / C.C.
CÁDIZ

La Virgen se proclama reina de las calles a su paso por el Martes Santo

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El Martes Santo cuenta con un colorido especial, ya que se trata del día en el que más penitentes desfilan por las calles de San Fernando. No en vano entre las tres cofradías que realizaron su estación de penitencia ayer sumaron un total de 1.700 hermanos. Un largo cortejo que se encargó de abrir la hermandad del Prendimiento casi a las seis de la tarde y que prolongó Caridad hasta la madrugada.

El tiempo volvió a ser un aliado aunque en esta ocasión con temperaturas más frescas que en días anteriores. Lo que no redujo la presencia de isleños por las calles de la ciudad dispuestos a llevarse un recuerdo con su cámara de foto o tocar alguno de los pasos de los que son devotos.

Pero la gran protagonista de ayer fue María en sus distintas advocaciones. Fueron los pasos de las Dolorosas las que se convirtieron en el centro de atención para los cientos de fieles que acudieron tanto a las salidas como a las recogidas, siendo sus respectivos barrios cofrades el lugar en el que más cariño le mostraron.

La Virgen de la Caridad simboliza una de las grandes devociones con Jesús fallecido en su regazo, mientras que la Virgen de Gracia y Esperanza Coronada se convierte en la señora del barrio de La Pastora. El testigo en el parque Almirante Laulhé lo recogió la Virgen del Buen Fin con la bella estampa de su palio camino a su templo

Encuentro especial

Casi a las seis de la tarde salía de la Parroquia de San José de Artesano la cruz de guía de la Hermandad del Prendimiento. Sus fieles volvieron como cada año a congregarse en torno a un paso que representa el apresamiento de Jesús en el huerto de los olivos por miembros del sanedrín. En esta ocasión, la imagen titular captó todas las miradas pues nadie se quería perder uno de sus estrenos más llamativos, debido a que a la talla del Cristo se le ha añadido un nuevo cuerpo, con una nueva zancada, que otorga una disposición más armoniosa al conjunto.

Uno de los estrenos más comentados por todos los presentes que ansiaban por verlo y que en líneas generales se ganó los elogios de sus devotos. Aparte, se han restaurado todos los enseres de la hermandad y se ha cambiado el terciopelo de las caídas del paso de palio de María Santísima de Buen Fin.

Como ocurrió en años anteriores, la emoción de su estación de penitencia se concentró en las Capuchinas y en su regreso por el Parque. Aunque nada fue tan multitudinario como la recogida, en la que una vez más ambos pasos se dieron el encuentro antes de entrar en la capilla. De esta forma los titulares se mecieron conjuntamente. El encuentro creó una gran expectación entre los presentes que aplaudieron cada uno de los movimientos de los pasos, haciéndose realidad una de las imágenes más esperadas por los cofrades.

Al compás

En la salida de la Oración del Huerto la nota la puso la agrupación musical Polillas de Cádiz que ponía por primera vez música al paso de misterio pues en los últimos años tan sólo ha contado con el acompañamiento de cornetas y tambores. Entre sus otros estrenos se encontraba la nueva fase del dorado correspondiente al canasto lateral derecho.

Fue su regreso por calle Ancha uno de los momentos más destacados de la estación de penitencia del Huerto, que salió pasadas las seis y cuarto de la parroquia de la Divina Pastora. El palio de María Santísima de Gracia y Esperanza Coronada fue recibido con una especial ovación por unos fieles que encuentran totalmente identificados con su dolorosa, portada por una cuadrilla de Jóvenes Cargadores Cofrades (JCC) al igual que ocurriera con el primer paso, en el que Jesús ora de rodillas en el monte de los olivos, acompañado por un ángel.

Obra maestra

De la parroquia de San Francisco salía Caridad con un paso que captó inmediatamente la atención de los fieles y que presentó el estreno de su capilla frontal y del llamador. Esta primera fase de orfebrería se está llevando a cabo en los talleres sevillanos de los hermanos Delgado que demuestran su maestría en el canasto frontal dedicado a la Eucaristía. En el centro figuraba un ostensorio soportado por dos arcángeles de madera policromada y estofada realizado por Fernando Murciano Abad.

La hermandad fue protagonista de otro de los momentos irrepetibles de la Semana Santa isleña al pasar por Lope de Vega a su regreso a capilla. Un instante especial vivido con fervor por los cientos de fieles que se recrearon con los 600 penitentes y el paso de misterio que representa el momento en el que Cristo, ya fallecido y una vez descendido de la cruz, es depositado en el regazo de su madre. Una de las estampas más representativas de la Semana Santa.