CÁDIZ

La cara y la cruz de un estamento que inculca la misma fe

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Si la hermandad salesiana hizo ayer estación de penitencia en la Santa Iglesia Catedral se debe en gran medida a José Antonio Perdigones, un sacerdote del siglo XXI que sabe moverse en el mundo actual y que es consecuente con la fe que profesa. También que la cofradía esté en la calle se debe a la buena disposición de la curia que así lo ratificó con el decreto de erección canónica. Sin embargo se echó de menos en la presidencia a algún miembro destacado de la autoridad. Aunque sólo fuese un rato y para quedar bien.