EN VERDAD TE DIGO

Con las salvas que tiran

La semana de La Pepa ha dejado decenas de anécdotas, cientos de fotos y un puñado de discursos con miles de interpretaciones

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Mabel Caballero: ¿Debo hablarte en alemán, para empezar?

Francisco Apaolaza: Bueno, otra cosa es que te pueda responder. Mejor en castellano. Y hablando de castellano, recomiendo vivísimamente Los ojos del tiempo, de Quiñones. Me tiene loco esa novela. Es sobre un hombre que ha sido todos los hombres que han vivido en La Caleta. El nono, un tipo curioso. Eso me hace pensar en qué pensarán de nosotros cuando en el 2.800, si el chiringuito sigue abierto, lo del futuro echen la vista atrás. Si tiran de hemeroteca, digo.

M. C: No habrá hemeroteca, no habrá nada. Un tsunami nos habrá tragado y antes de que llegue la ola, como en el maremoto, la gente ante el colapso de los dos puentes y la autovía de San Fernando, habrá pensado huir en tren, en barco, en tranvía, pero la plaza Sevilla tampoco estará terminada...

F. A: Pongo la mano en el fuego. Todo estará terminado para el Doce. Así, como Zarrías.

M. C: ¿Es de plástico? Tu mano, quiero decir.

F. A: De plástico casi se me queda en Berlín, que allí hace un frío de muerte. Estuve en la feria de la ITB, la bolsa de turismo, y me comentaron que cada vez más gente estaba preguntando por Cádiz. Claro, que Cádiz no estaba, porque «aplica sus esfuerzos» en otras como Fitur o las de cruceros. Por cierto, los cruceristas crecieron en 2008 un 20%. Igual es hora de que la Junta empiece a echarles cuenta pese a que no jueguen al golf y duerman en el barco.

M. C: Estaba sólo el espíritu de Cádiz, ¿no?... Pero a pesar de eso, ¿nos fue bien?

F. A: Bueno, la verdad es que sí. Sobre todo en lo referente al mercado alemán, que es el que manda en la provincia y algo deja en Cádiz, digo. Aunque la ciudad vive más de los nacionales. De los turistas nacionales, quiero decir.

M. C: Claro, es que esos no suelen llevar sandalias con calcetines y pasan más desapercibidos. Me sumo a tu tirón de orejas por la falta de atención a los cruceristas y lo hago extensivo al comercio gaditano. A ver cuándo se enteran de que los guiris comen a las 12.00 y a la una de la tarde se arrancan a ver monumentos y a comprar. ¿Que ellos no hacen sobremesa!

F. A: La verdad es que hay programados varios famtrip (un viaje de familiarización): Se trae a un agente de viaje o un touroperador (los que mandan en esto) y se le pone hasta las manillas de todo. De esta forma, cuando Wieslaw llegue a la agencia de viajes en Polonia le digan que qué preciosidad es Cádiz. Así se mueve todo, aunque cuesta un dinero, claro. Dicen que Hércules vino a Cádiz en un famtrip. Sin embargo, lo más acojonante de Berlín -y discúlpenme el término- fue encontrarme con Gorbachov en plena calle.

M. C: ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Comiendo pizza? (Recuerda que las anunciaba).

F. A: Pues créeme que iba por la puerta de Brandemburgo -que allí es como el Arco de los Blanco- y me vi a 150 periodistas, la canalla berlinesa. Me dijeron que venía Mr. Gorbachov y como caía un buen temporal de poniente a la alemana, pues me fui a por un paraguas al Adlon, que es como el Playa Victoria de allá. A la salida, venga coches oficiales a toda pastilla... y allí se me presentó Gorbi. Me impresionó por todo lo que significa ese hombre, por estar allí a ná y menos del muro con él. Y porque está muy mayor. Y eso significa que los dos estamos muy mayores.

M. C: Él esta más mayor que tú. A Gorbachov habría que invitarlo a Cádiz y darle algún premio (por ejemplo el de Uribe, ya que parece que hay mucha gente que no está de acuerdo). Pero hay que invitarlo el día del desfile con la Guardia Nacional y los Voluntarios Distinguidos y las salvas de honor...

F. A: Desde luego que ha demostrado más que Uribe, merecedor del galardón de 'mis cojones primero'.

M. C: Por cierto que el jueves, cuando hicieron las salvas, más de uno pasó un sustito... Zarrías se puso hasta rojo. Tal vez pensó: «Para un día que vengo a la ofrenda de Teo, me disparan».

F. A: Disparos los de Jerez... Qué cosa. ¿No sabe la gente que está muy feo liarse a tiros en los párkings de los puticluses? Eso aquí no ocurriría, sobre todo por falta de locales de este tipo.

M. C: Es que eso no viene en Educación de la Ciudadanía... tal vez habría que introducir un nuevo capítulo. Entonces, ¿a ti el desfile ni fu ni fa?

F. A: Confieso que esa mañana iba uno que yo me sé al gimnasio con pantalón corto y una columnista de este periódico, madre de tres niños, le preguntó si iba de voluntario. Más bien voluntarioso. Podrías apuntarte de cantinera, Mabel.

M. C: Tú sabes que yo me apunto a un bombardeo, pero si hay que elegir yo sería aquella mujer que se disfrazó de hombre para poder entrar en el Oratorio y oír las discusiones de los señores diputados. A propósito, ¿sabes que Pérez Peralta se destapó con un discurso crítico hacia La Pepa cuando entró en el Ateneo la semana pasada y hubo alguno que se levantó y se marchó cabreado, sin poder aguantar más?

F. A: Obviamente, Las Cortes tuvieron muchos prismas y perspectivas. Aquellos no eran sólo el temible invasor ni los de aquí eran unos angelitos. Muchos de los que luchaban, sí, ¿y los que apoyaban esa lucha? ¿Por qué razones? ¿Y los afrancesados que tuvieron que luchar contra sus ideas por defender a su novia? Desde luego que es muy complicado. Puede ser que Pérez Peralta haya juzgado con el prisma de ahora cosas de hace dos siglos. O no. Pero aplaudo puntos de vista distintos. Desde luego, levantarse e irse no va mucho con la tolerancia. Otra cosa es que soltase un leño de conferencia, que no lo sé, porque no lo escuché.

M. C: A mí no me pareció aburrida. Leñera sí, como suele ser él. Por cierto, el jueves fue el único que faltó al hermanamiento de Cádiz y Móstoles. Lo mismo es que es del Barça y como Iker es una gloria nacional en el municipio...

F. A: ¿Hubo empanadilla?

M. C: Empanada, pero nadie se sintió aludido cuando el camarero pasó con las bandejas ofreciéndola. A mí me dieron ganas de hacer el chistecito pero me contuve. Pese al escaso público, incluso el cóctel tenía un ambiente solemne.

F. A: Está bien que se unan Cádiz y Móstoles, hombre. El alcalde se fue en coche de vuelta con el maletero lleno de recuerdos. Y alguien entonces comentó si llevaban las empanadillas. En la puerta del Ayuntamiento. Sensacional, sobre todo por el talante del alcalde, que estuvo a la altura con una risa franca. Hablando de empanadillas, comamos, Mabel, que estamos quedándonos en ná.

M. C: Es verdad, se nos está quedando un tipín que ni photoshop para la foto de arriba vamos a necesitar.

F. A: Al tiempo. Para el Doce, pongo mi mano en el fuego.

M. C: Para entonces ya estarás manco, que veo que no le tienes gran aprecio a tus extremidades.