DURO. El Sanluqueño está cerca de la salvación. / JAVIER FERNÁNDEZ
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El Sanluqueño apela a la épica para firmar otra gran remontada

Los goles de Jose Mari y Salamanca, en dos ocasiones, sirven al equipo de Ali para dar la vuelta a un marcador que se le puso muy cuesta arriba

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El Sanluqueño se ha sumado a los partidos no aptos para cardiacos. Llevan tres seguidos y con una afición que agradece que se cumpla ese dicho de que hasta el rabo todo es toro. Ocurrió frente al Cartaya, en el que remontaron un 0-2 adverso; el pasado sábado en Chiclana, a falta de dos minutos los verdiblancos perdían por 1-0 y le dieron la vuelta al marcador en el 92'; y, ayer en El Palmar, otra vez con una ventaja adversa de 0-2 para los visitantes, tiraron de la épica y remontaron un resultado que parecía visto para sentencia.

La primera parte fue anodina. Una falta infantil de Carlos en el salto de Guille provocó un penalti protestado pero justo en su sanción. No terminó de reponerse del zarpazo cuando en una contra bien montada por Guarte acabó con el balón en las mallas de Jero. Menos mal que una falta lanzada por Jose Mari, de impecable ejecución, resucitó a un equipo que parecía entrar en coma profundo.

En la segunda mitad, el Ayamonte cerró filas y no dejó respirar al Sanluqueño, pero atrás. Y eso es un arma de doble filo. Unas veces puede salir bien y otras puede llegar la traición. El Sanluqueño tiró de oficio y Salamanca enganchó las dos únicas ocasiones que le permitieron los defensores ayamontinos. Delirio en las gradas que comprobaba cómo su Atleti volvía a abonarse, una vez más, al género del suspense y la tensión.

Juan Limón, técnico del Ayamonte, indico que su «equipo no salió con la misma soltura en la segunda parte». Por su parte, José Manuel Delgado Ali, destacó el trabajo de sus jugadores que en todo momento tuvieron la misma fe que el día de Chiclana.

Palco de lujo

Al final, Dani Güiza, que presenció el partido en el palco, fue escoltado por la marea verde hasta la salida del campo, donde esperaban unos cámaras de televisión, cuyos objetivos fueron tapados por banderas de los aficionados.