opinión

Espera

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Más que la esperanza, un sentimiento que está ligado al deseo del posible ascenso, los aficionados gaditanos hemos de cultivar la espera, una actitud que está conectada con la seguridad de que el Cádiz, al final de la temporada, seguirá ostentando el primer puesto de la clasificación. Opino, sin embargo, que es prematuro mostrar excesiva preocupación por sus posibilidades de éxito en el play off.

Por algunos comentarios que escuché al finalizar el encuentro frente al Puertollano, he recibido la impresión de que algunos cadistas adolecen de una alarmante incapacidad de “espera”. Si, como es sabido, la esperanza se apoya en la confianza y la espera en la paciencia, podemos afirmar que el equipo técnico y la plantilla de profesionales han dado suficientes garantías para que este conjunto logre el objetivo fijado.

En la actualidad, no hay motivos para inquietarse al comprobar las dificultades para abrir las murallas de esas defensas cerradas. Aunque las derrotas y los empates ponen de manifiesto que los equipos adversarios acuden al Carranza con la lección aprendida y colocan el autobús delante de sus porterías, hemos de mantener el depósito de ilusiones lleno y hemos de saber esperar, para que, dominando la impaciencia, evitemos los temores excesivos. Si adoptamos una actitud realista, reconoceremos los logros alcanzados durante este trayecto tan largo. Si mostramos serenidad en estos momentos finales, afrontaremos mejor las dificultades que, como las lesiones o las sanciones, son ineludibles.

La serenidad en la espera nos hará mantener un estado de ánimo apacible y sosegado aún en las circunstancias más adversas, para que, sin exaltarnos ni deprimirnos, sin engrandecer ni minimizar los problemas, encontremos las soluciones adecuadas tras una reflexión detenida y cuidadosa. Esperemos pacientemente, convencidos de que, a pesar de todas las adversidades, el Cádiz seguirá situado en una posición privilegiada.