EL TRANVÍA

Empieza a funcionar la maquinaria electoral

Cierto es que los recientes episodios han animado considerablemente el patio, con cruces de graves acusaciones y denuncias entre partidos, especialmente el que gobierna en el Ayuntamiento (PSOE) y el mayoritario de la oposición (PP). Y los mismos han provocado el enquistamiento de unas relaciones que ya antes no eran precisamente buenas, sembrándose así una semilla que crece a pasos agigantados.

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Los partidos comienzan, además, a otear en el horizonte las próximas elecciones municipales y, lógicamente, cada uno tiene sus propias quinielas. Lo curioso del caso es que lo hacen, en algunos casos, manejando incluso unas primeras encuestas o estimaciones de voto que quien suscribe no sabe muy bien cómo se han hecho, ni la fiabilidad que pueden tener.

La cuestión es que existen esas estimaciones, o al menos eso venden algunos en voz baja, como no queriendo hacer mucho ruido por aquello de tratarse de información confidencial. Y resulta cuando menos curioso que muchos den por seguro que el Partido Socialista va a perder la mayoría absoluta en Jerez. De ser así, se abriría, sin duda, un más que interesante panorama político en la ciudad. Porque también parece claro que el Partido Popular no va a lograrla tampoco, por mucho que pueda acercarse. Habría que recurrir, por lo tanto, a los pactos para poder consolidar un gobierno municipal. Y ahí es donde podría entrar en juego el PSA, IU o, quién sabe, el posible nuevo partido que pueda montar Pedro Pacheco.

Qué quieren que les diga, pero tendría su gracia -y hasta su morbo- que el ex alcalde aún andalucista pudiese convertirse en la llave del próximo gobierno local. ¿Quién se atrevería a pactar con él después de todo lo que ha pasado? Lo dicho, los próximos meses pueden estar aún más entretenidos en el albero político jerezano.

A quien seguro que le trae el pairo todo esto es a Dolores, una mujer de 40 años con una vida difícil y que ahora lo está pasando especialmente mal. Está aterrorizada, y la verdad es que tiene motivos de sobra para estarlo. Fue apuñalada, estuvo a punto de perder la vida y la presunta agresora ha salido a la calle después de pagar la fianza correspondiente. Pero una serie de matices y detalles sobre su vida y lo sucedido en las últimas semanas confieren a la historia un matiz que la hace aún más triste, al menos para quien suscribe.

Tal como apuntaba anteriormente, la vida de esta mujer nunca ha sido fácil. Tuvo problemas con la droga, está enferma, la relación con su familia es prácticamente inexistente... Vive, además, en la calle. Bueno, no exactamente, aunque en la práctica es como si lo hiciese. Hasta hace poco compartía una casa ocupada en el centro de la ciudad con su pareja, pero éste está ahora en la cárcel por cuestiones que, aunque sí podrían venir al caso, no es plan de detallar aquí.

Se vio sola y acabó recayendo en su adición a las drogas. Y un día, según cuenta, compró la dosis a la persona equivocada, que le dio gato por liebre. Fue a reclamarle y se produjo el enfrentamiento que derivo en las puñaladas que la tuvieron varias semanas en la UCI.

Ahora dice que ha vuelto a nacer y que se ha dado cuenta de que se estaba equivocando. No sé si será cierto o no, lo que sí sé es que está aterrada ante la posibilidad de toparse con su agresora por la calle. Sus errores no le restan derecho a tener miedo. ¿Y protección?