crisis económica mundial

El Banco Mundial alerta de la falta de financiación de los países emergentes

La caída en el precio de las materias primas y los menores flujos de remesas harán mella en su economía

WASHINGTON Actualizado: Guardar
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El Banco Mundial (BM) ha advertido de que los países emergentes afrontan un déficit de financiación de hasta 700.000 millones de dólares este año y los organismos multilaterales no pueden cubrir por sí solos esa brecha. El hacer frente al problema exige la colaboración de las instituciones multilaterales, pero también de los gobiernos de países desarrollados y en desarrollo, así como la del sector privado.

La institución pronostica en su informe que el Producto Interior Bruto (PIB) global se contraerá este año por primera vez desde la II Guerra Mundial. Las cifras concretas de la esperada contracción se publicarán a finales de este mes en un informe previo a la reunión conjunta de primavera del organismo y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Las últimas previsiones del Banco Mundial divulgadas en diciembre preveían un crecimiento global del 0,9% para este año. El organismo indica también que la producción industrial global puede ser a mediados de 2009 hasta un 15% inferior a los niveles de 2008.

Los problemas se multiplican

El agravamiento de la crisis coloca en una situación crítica a los países emergentes, según el BM, que señala que el déficit de financiación de esas naciones podría oscilar entre los 270.000 y los 700.000 millones de dólares. El Banco asegura que aun si el agujero de financiación se sitúa en la parte inferior de la banda, las instituciones financieras no tienen recursos suficientes para hacer frente a esas necesidades. "Si se materializa un escenario más pesimista, las necesidades de financiación no cubiertas serán enormes".

El organismo adelanta que la crisis actual tendrá repercusiones a largo plazo en las naciones emergentes. El informe menciona, en ese sentido, que es de esperar que las emisiones de deuda de los países ricos aumenten espectacularmente, lo que se espera relegue las emisiones de los países en desarrollo. El Banco destaca que los países emergentes que todavía pueden acceder a los mercados financieros afrontan costes de financiación más elevados y menores flujos de capital, lo que conduce a menores inversiones y crecimiento en el futuro.

El análisis también menciona que muchos de los países más pobres son cada vez más dependientes de la ayuda al desarrollo ante la caída de sus exportaciones e ingresos fiscales. Según las proyecciones del BM, los flujos de comercio globales van camino de registrar su mayor caída en 80 años. Los países del este asiático serán los más afectados. Además, existe la posibilidad de que aumente la volatilidad en los flujos de ayuda, ya que algunos de los países donantes están recortando las partidas dedicadas a ese fin.

El estudio llama la atención también sobre el impacto negativo que tendrá sobre los países más pobres los menores flujos de remesas y la caída en los precios de las materias primas, dos factores que afectan de forma especial a Latinoamérica. El Banco menciona en ese sentido que para al menos nueve países en América Latina los ingresos de las materias primas representaron al menos un 2% del PIB entre 2002 y 2007. En algunos casos, como el de Bolivia, ese porcentaje alcanzó recientemente el 12% del PIB, según el BM.