MEDIO AMBIENTE. La empresa rescata la vida tradicional. / LA VOZ
INMACULADA GÓMEZ AULA DE LA NATURALEZA DE CHICLANA

«Los turistas alucinan cuando ven la huerta y los animales en la playa»

La iniciativa ofrece una actividad alternativa al sol y playa y no descarta convertir el recinto en un alojamiento rural

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-¿Qué pinta en medio de una docena de hoteles de lujo una pequeña huerta y una granja-escuela?

-Eso nos preguntan muchos de los visitantes. Nosotros gestionamos el Aula de la Naturaleza Huerta de Novo Sancti Petri gracias a una concesión administrativa del Ayuntamiento de Chiclana. Un buen día presentamos un proyecto, les gustó y lo aprobaron.

-¿Cuánto tiempo llevan funcionando como tal en el Novo?

-Cinco años. Estamos abiertos los doce meses y tenemos planes para ampliar el proyecto, aunque ahora con la crisis es más difícil.

-¿Qué es la Huerta del Novo?

-Funcionamos como granja escuela; pretendemos que la gente de Chiclana y los turistas conozcan cómo subsistían las familias de la zona hace unos años.

-¿Y este planteamiento es atractivo para el turismo que llega buscando lujo, sol y playa?

-Creo que sí. Además de la parte lúdica y de los talleres con niños, tenemos también al turista, como visitas guiadas para que conozcan cómo se cultivan los tomates o cómo se mantiene un gallinero. Además, nuestros atardeceres tienen mucha fama. Aquí viene muchísima gente por las tardes en verano. En alguna ocasión incluso nos han dicho que se parece al Caribe. Es un lugar privilegiado.

-¿Qué tipo de clientes es mayoritario ahora en temporada baja?

-El verano es evidentemente nuestra mejor época. Ahora, vivimos más de los colegios y la gente de la zona, pero cuando viene el buen tiempo, los turistas nacionales y extranjeros son numerosos. Sobre todo los españoles, gente que veranea desde hace años en Chiclana y que procede del norte de España o Madrid. Traen aquí a sus hijos y les encanta.

-¿Alguna anécdota al respecto?

-Recuerdo mucho cómo alucinó un niño que venía por primera vez de Madrid, al ver que había plantas que daban tomates. Él pensaba que se fabricaban en la frutería directamente.

-¿Tienen algún convenio con los hoteles para captar clientes?

-En principio no hay nada por escrito, pero sí colaboramos con los departamentos de animación y las ludotecas, por ejemplo, del hotel Club Riu. Ellos nos traen a grupos que pasan el día y disfrutan mucho. Son jornadas de mucho ajetreo porque son niños de diferentes nacionalidades y muy activos, que vienen a pasárselo bien, pero que también quieren trabajar en la huerta.

-En Europa gusta mucho lo natural y el medio rural.

-Exacto. Los ingleses y los alemanes, sobre todo, se muestran fascinados de que hayamos plantado una huerta y puesto en marcha una granja en medio de una docena de hoteles de gran lujo, en un entorno tan exclusivo. Aunque la parcela pertenece al Ayuntamiento de Chiclana, es municipal.

-Aun así, ustedes viven eminentemente del turismo nacional.

-Estamos intentando abrir otras vías, como el colectivo de mayores de los centros de día de la zona. También queremos potenciar nuestra presencia en el extranjero, incluso ya hay contactos en otros países. Aunque en los cinco años que llevamos abiertos no hemos hecho campañas de publicidad. La mejor propaganda es el boca a boca. Y nos va bien.

-¿Han pensado ampliar sus instalaciones y convertirse en alojamiento rural permanente?

-En estos momentos contamos en la Huerta del Novo con una especie de restaurante abierto al público. No descartamos convertirnos en casa rural. Nos lo piden los visitantes. Pero el grueso de los usuarios tiene casa en la zona o se aloja en hoteles, y busca una alternativa de ocio. Con todo, haríamos bien en ofrecer alojamiento.

chiclana@lavozdigital.es