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Kirguistán deja vendido a EE UU en un despliegue militar en Asia Central

El Gobierno de Bishkek anuncia el cierre de la base que surte el frente afgano, presionado por Rusia

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Los planes del nuevo presidente de EE UU, Barack Obama, en Afganistán, que contemplan un reforzamiento del dispositivo para combatir a los talibanes, podría verse seriamente afectado, si el presidente de Kirguistán, Kurmambek Bakíev, no cambia de idea y clausura, como prometió ayer, la base aérea norteamericana de Manás, situada en las afueras de Bishkek, la capital kirguís. La medida afectará también a las tropas españolas desplegadas en Herat (Afganistán), ya que el avituallamiento y los relevos del contingente se efectúan también desde Manás. «Nuestro Gobierno ha decidido suspender el empleo de la base de Manás por parte de las fuerzas de la coalición internacional», manifestó Bakíev ayer en el Kremlin tras mantener un encuentro con su homólogo ruso, Dmitri Medvédev. El máximo dirigente kirguís adujo «motivos económicos» y «rechazo popular» por la presencia militar extranjera en el país para justificar la decisión, que necesita ser ratificada en el Parlamento. Bakíev no habló de fechas concretas para el comienzo de la retirada estadounidense y precisó que el anunció oficial se hará en breve.

Mirada atrás

El presidente kirguís recordó que su predecesor en el puesto, el derrocado Askar Akáyev, cedió una parte del aeropuerto internacional de Manás a las tropas norteamericanas en diciembre de 2001 como cabeza de puente para el envío de soldados y pertrechos a Afganistán.

Medvédev dijo ayer que el cierre de la base «es un asunto que atañe a Kirguistán». El presidente ruso aseguró también que Moscú y Bishkek «ayudarán, en la medida de lo posible, a las operaciones antiterroristas que se realizan en la región». Lo cierto es que Medvédev anunció ayer la concesión de un crédito de 2.000 millones de dólares a Kirguistán y la condonación de parte de su deuda.

El jefe del mando central de EE UU, el general David Petraeus, llevó a cabo recientemente una visita por los países centroasiáticos para tratar de consensuar nuevas rutas que posibiliten el abastecimiento de las tropas en Afganistán. Los convoyes son enviados ahora desde Pakistán y sufren frecuentes ataques de los talibanes. Moscú ha condicionado su cooperación, entre otras cosas, a la normalización de sus relaciones con la OTAN. Bakíev y Medvédev. / AFP