PRECEDENTE. El Virgili debutó el sábado en el pabellón Ciudad de Cádiz. / MIGUEL GÓMEZ
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El Virgili y el Zona Franca quieren que el Ciudad de Cádiz sólo sea un «parche»

Los entrenadores de ambos clubes destacan el buen estado del parqué, pero aseguran que la lejanía de las gradas hace que el juego sea «más frío y lento»

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El entrenador del Virgili, Juan Carlos Gálvez, aseguró ayer que el complejo Ciudad de Cádiz reúne las condiciones necesarias para continuar como campo alternativo del equipo en caso de lluvia. Las goteras de su sede habitual, el pabellón del Casco Histórico, obligaron al equipo a debutar el pasado sábado en el Ciudad de Cádiz ante el Boulevard. El estreno no pudo ir mejor para los gaditanos, que dieron espectáculo a la afición firmando una trabajada victoria por la mínima (4-3) en un encuentro cargado de goles.

Gálvez destacó el buen estado del parqué del nuevo pabellón, pero aclaró que la plantilla del Virgili prefiere seguir jugando en el que ha venido siendo su feudo. El técnico detalló los peros que el equipo pone al campo alternativo: «Las nuevas instalaciones son muy modernas y están muy bien, pero hacen que el juego sea más frío. Las gradas están más lejos y es más difícil sentir el calor del público; además los grandes espacios abiertos que colindan con la cancha hacen que los partidos sean más lentos, ya que los balones perdidos son más difíciles de recuperar y un encuentro de hora y media puede durar fácilmente dos horas».

El entrenador del Zona Franca, Kiko Oliva, secunda las palabras de su homólogo en el Virgili y va un poco más allá. «Estamos mucho más cómodos en nuestro campo habitual, porque nos sentimos en casa y es donde entrenamos; pero también hemos de agradecer que podamos disponer de una sede alternativa cuando hace mal tiempo», recalcó el técnico.

Por todo ello, Oliva pidió ayer al Consistorio gaditano que se apresurara en reparar las goteras del Casco Histórico. «La imagen que la ciudad de Cádiz ofrece a los rivales con estas instalaciones es lamentable. El pabellón está en muy mal estado y esto nos ha obligado a aplazar más de un encuentro», afirmó el entrenador del Zona Franca.

Oliva también explicó que la permanencia de las goteras complica mucho las sesiones de entrenamiento del equipo. «Los entrenos son más duros, ya que el agua dificulta el control del balón y obliga a los miembros del equipo técnico a permanecer inmóviles junto a los charcos para que los jugadores no caigan en ellos», aseveró el entrenador.

La próxima jornada ambos equipos jugarán fuera, el Virgili frente al Melilla y el Zona Franca ante el Móstoles, por lo que la lluvia no supondrá traslado alguno al Ciudad de Cádiz.