AL FRENTE. Steele pretende acabar con la pérdida de seguidores del partido republicano. / REUTERS
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Nuevo jefe republicano

Michael Steele, un político afroamericano desconocido, toma las riendas del partido conservador en EE UU

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El Partido Republicano, símbolo de poder de las clases anglo-americanas, acaba de elegir a su primer líder negro. Lo ha hecho tres meses después de que el país avalara a un demócrata como su primer presidente afroamericano. A tono con la ocasión, el nuevo jefe de los conservadores, Michael Steele, se atrevió a decir que su elección marca «el nacimiento de un nuevo partido». Los republicanos se inclinaron por este político de Maryland, estado donde llegó a ejercer de vicegobernador, quien desbancó en las predicciones a los otros cuatro candidatos en liza, entre ellos el hombre de George W. Bush para el puesto, Mike Duncan. «Soplan vientos de cambio», declaró poco después de retirarse de la contienda.

Abogado de profesión, Steele es un conservador con una trayectoria poco conocida -ni siquiera es miembro del Comité Nacional Republicano-, aunque pasa por ser la más moderada de las cinco personas que compitieron por la presidencia. En 2002, se hizo un hueco en la élite política de Maryland al lograr un puesto estatal, entonces también marcando el récord de ser el primer candidato negro en llegar tan alto. Cuatro años / reutersmás tarde dio un paso más y presentó su candidatura al Senado nacional. Pero no tuvo tanta suerte. A partir de ahí optó por reclutar y formar candidatos republicanos, una posición que le sirvió para ganar cierto grado de popularidad al ser un invitado frecuente en las televisiones de Maryland.

Tras su elección, Steele apostó por expandir la influencia del Partido Republicano para competir «por cada grupo social, en todas partes». Con un tono no muy alejado del de algunos predicadores afroamericanos, el líder conservador proclamó que «vamos a decirle a nuestros amigos y enemigos algo parecido: 'Queremos que estés con nosotros'. Y los que opten por cerrarnos el paso, que se preparen para ser apartados de nuestro camino», aseguró ante un entusiasmado auditorio. Luego se puso más guerrero y advirtió de que «no cederemos a nadie ni un centímetro de suelo».

Tras ocho años en el poder, los republicanos han sucumbido en todos los frentes ante el liderazgo de Obama. En la práctica, los demócratas pueden presumir de haberse metido con éxito en territorio conservador, atrayendo votantes de los grupos hasta hace poco considerados fieles a su rival. Las últimas encuestas detectan que el número de personas que se consideran republicanas se ha reducido.