Cultura

Josela Maturana presenta en la Fundación Alberti 'Lugares de Orfandad'

La escritora melillense Josela Maturana se adentra «en el olvido y donde existe en el abandono» en su obra Lugares de Orfandad, que se presenta mañana en la Fundación Rafael Alberti en El Puerto. En una entrevista concedida a Europa Press, Maturana, licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad de Cádiz, confesó que le resultó «muy atractivo adentrarse en los lugares donde existe el olvido, el abandono y donde hay que recuperar la memoria, donde no hay sitio para olvidar y donde también permanecen las cosas que deben ser importantes». Además, recalcó que la propia poesía es un lugar de encuentro y comunicación.

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Lugares de Orfandad está editado por el servicio de publicación de la Diputación de Cádiz y se enmarca dentro de la colección Libros de bolsillo de la Diputación de Cádiz. Según dijo la propia autora, la obra se divide en tres partes, La piel del mundo, Mujeres en el mármol, e Inercias y abandonos. Maturana, nacida en 1959, manifestó que «ha intentado reflejar en el libro la búsqueda, la interpretación y la reflexión del concepto que uno mismo tiene de la poesía y de la vida», en este caso, como decía Machado «la poesía no es sólo palabra en el tiempo, más bien, la palabra en un lugar». En este sentido, indicó que en su referencia a los lugares no sólo tiene cabido los físicos, sino también los lugares vitales que «soñamos o recordamos, un espacio de encuentro de la vida de cada uno».

La poeta, que actualmente imparte clases en el Centro de Educación Permanente de Adultos María Zambrano de San Fernando (Cádiz), destacó que la poesía es fruto de la experiencia que «uno vive, de lo que contempla, de lo que observas, de lo que siente, de lo que te afecta», ya que, sin la experiencia difícilmente se puede escribir. Sin embargo, siguiendo con esta idea, aclaró que «la poesía, por el contrario, si permite escribir sobre una vida que a lo mejor no vivimos, pero que anhelamos, ya que no sólo refleja la realidad, sino también lo que la vida no es».

«La poesía debe reivindicar la apertura de ventanas y de puertas, no creo en el poeta encerrado en la torre de marfil», apuntó Maturana, que al mismo tiempo rechazó la idea de exclusividad de la temática social en la poesía.

En esta línea, la escritora expresó que «la poesía debe trascender, comunicar, lo que logrará conmover y llevar a los lectores a un planteamiento y una reflexión».