EL JEME

De siembras y subvenciones

Quien siembra subvenciones recoge adhesiones, y si aquellas se riegan periódicamente, éstas se recolectan de la variedad inquebrantables, la mejor. El régimen andaluz ha cultivado la subvención tanto en la modalidad extensiva, o sea intentando abarcar al mayor número de personas, empresas y organizaciones, como en la intensiva, es decir llegando a algunos de estos, varias veces en poco tiempo. Pero los tiempos que corren no son de siembra, ha llegado la hora de la cosecha y es el momento de recoger las adhesiones: bien en la modalidad por acción, o sea pidiendo que se hable alto y claro de las bondades de la Junta y de los logros del régimen, bien por omisión, o sea callando los abusos e ignorando las magulladuras que veintiséis años de gobierno le han dejado a Andalucía.

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Quien siembra cuadernillos entre las páginas de los periódicos, cosecha silencios cómplices, ignorancias incomprensibles de la realidad y suavidad, mucha suavidad en los titulares, que no es lo mismo publicar que uno de cada cuatro andaluces estará parado este año, a decir que la crisis afectará negativamente al empleo. Pero no todos los medios aceptan contar las cosas con cariño, algunos prefieren decir la verdad, a estos el presidente les riñe. En este tema el afecto o su falta siempre es recíproco, incluso admite una proposición lógica del tipo de: cuanto mejor trato, más cariño se recibe a la hora de contratar publicidad institucional, repartir frecuencias de radio u otorgar concesiones de televisión. Algo, sin embargo, se ha avanzado en la calidad del procedimiento de concesión de estas frecuencias, hoy resulta más difícil impugnarlas. Nada que ver con aquella concesión que tuvo que anular el Tribunal Supremo en 1999 porque el adjudicatario de la misma era el marido de la secretaria personal del Director General de Comunicación de la Junta, que era junto con el consejero Zarrías, ¿les suena?, el encargado de decidir a quién se otorgaban las concesiones, y bueno qué mejor que al marido de la fiel secretaria. Hoy se hace más fino, que para eso están las sociedades mercantiles, ahora para descubrir el enjuague hay que investigar a fondo en el Registro Mercantil.

Quien siembra ignorancia en las aulas, recoge un pueblo analfabeto que elige dirigentes corruptos, porque un pueblo educado y formado no tolera ni la corrupción, ni la demagogia. Quien siembra un sistema educativo perverso, cosecha un pueblo ignorante que se empobrece y vive de ilusiones vanas. Sólo los pueblos con formación enfrentan con éxito las condiciones mas adversas, y la que hoy recibimos los andaluces, no es buena.

Mientras tanto el PP, como siempre, dispuesto a echar un cable: Mariano metido a crítico de moda a cuenta de Soraya, Espe y Alberto, como cualquier matrimonio en crisis, peleando a ver quién controla los dineros de su Caja y contratando detectives para espiarse, aunque por la chapuza del trabajo realizado, parece que se lo han encargado a Anacleto, Agente Secreto y, por Cataluña, Nebrera resucitando al cadáver político de Magdalena Álvarez con una buena dosis de oxígeno lingüístico. Así da gusto.