NADANDO CON CHOCOS

Nieva, sí

Petronio, harto de los sonetos del obtuso Nerón, moribundo después de tragarse el veneno, se recuesta frente a una espléndida mesa. Junto a su amada, dicta la carta A Nerón, emperador de Roma con perlas como esta: «Puedo perdonarte por haber asesinado a tu esposa y a tu madre, por incendiar nuestra amada Roma, por ensuciar nuestro diáfano país con la hediondez de tus crímenes... Pero hay una cosa que no puedo perdonarte: el fastidio de tener que escuchar tus versos, tus ramplones cantos, tus mediocres interpretaciones (...) Martiriza tu pueblo, pero nunca lo aburras como has aburrido, mortalmente, a tu amigo, el difunto Cayo Petronio».

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Entre el martirio y el aburrimiento ha habido elecciones en los dos sentidos. Los suecos optan por lo segundo; el presidente venezolano, por lo primero. Los programadores televisivos españoles eligieron una tercera vía, la más dolorosa de todas las posturas, cuando decidieron hacer las dos cosas. Televisión Española martiriza a los súbditos del mando con la saga de Mira quién baila en la que los mayores tontos del reino ensayan pasos con el dinero de todos. Pero también aburre en sus informativos.

Conscientes de que en España uno se torra o se hiela, envía a decenas de reporteros a los pueblos más recónditos de su geografía en sesudísima investigación para abrirle los ojos al pueblo y demostrarle -¿luz y taquígrafos!- que, cuando hace frío, nieva. Nieva en la Sierra de Cameros, y en la de Cádiz también nieva. Exclusiva: los hombres limpian con pala la entrada de sus garajes, se abrigan los niños y las ancianas descalabran sus cuerpos sobre las heladas aceras. El termómetro comete el mayúsculo disparate de bajar de cero. Osado... Con su micrófono, su anorak y su nariz enrojecida, Barbie Sierra Nevada habla del frío «siberiano» y, sin darse cuenta, desde la cuneta del Puerto de Piqueras le da la razón a Petronio en su lecho de muerte. Mejor el martirio.